El proceso de inmunización contra la COVID-19 no se detiene en todo el país. A pesar que se ha convertido en un motivo de alegría y esperanza generalizada entre las familias con adultos mayores, aún persisten ciertos temores frente a esta importante campaña para frenar la pandemia.
Algunos temen a que la vacuna no sea de gran calidad, que no los proteja lo suficiente, que tenga efectos colaterales desconocidos, o incluso que provoque una muerte prematura.
Si bien la vacuna contra el coronavirus aparece como una herramienta eficaz para prevenir casos graves y fallecimiento, todo ha ocurrido tan rápido que aún se mantiene “como una novedad o algo desconocido” entre muchas personas, expreó Cristopher Salirrosas, médico psiquiatra de la Dirección de Adultos y Adultos Mayores del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM).
En entrevista con el programa "Saludable Mente" de Andina, el especialista advirtió que la pandemia ha desencadenado pensamientos de todo calibre, de los que no escapa ahora el proceso de vacunación.
Para el psiquiatra, son diversos los factores que influyen en este proceso de miedo y hasta rechazo a la vacuna contra la COVID-19.
Van desde la personalidad hasta el nivel de capacidad intelectual, sobre todo si se trata de adultos de edad muy avanzada.
“La confianza es una palabra importante, pero habría que preguntarse primero ¿cómo soy como persona? ¿soy de las personas con tendencia a desarrollar confianza? ¿Soy de los que tiendo la mano o por el contrario soy restrictivo? Esto también influye al momento de tomar decisiones”, indicó.
El especialista, además, precisa que en otros casos la sobreinformación es determinante para dudar de todo.
“Vemos y oímos de todo, pero los hechos son los hechos. Informémonos de manera seria, no sensacionalista, porque el sensacionalismo solo nos llevará a tener emociones negativas, confusas. Busquemos información que nos ayude a descubrir cuáles son los verdaderos efectos de la vacuna, no olvidando nunca para qué fue diseñada. Ese es el enfoque que debe guiar nuestra búsqueda de información”, detalló.
Ante las dudas, sugirió hacerse algunas preguntas como ¿realmente la vacuna ayuda? ¿qué dicen las experiencias en otros lugares? ¿cómo se están sintiendo los adultos mayores que ya la recibieron? ¿qué están contando los demás?, entre otras.
El psiquiatra explica que tener miedo no es malo y por el contrario es muy humano, pero no bien gestionado puede llegar a paralizarnos y rechazar totalmente cualquier argumentación humana. O preferir “quedarnos aislados, sin nada, a exponernos ante algo que no conocemos bien”.
“¿Cuál es el mayor riesgo de dejarse gobernar por el miedo? Quedarse paralizado y exponer a nuestro familiar a una enfermedad que ya sabemos que puede matar. El miedo nos ha ayudado como especie a protegernos ante lo desconocido, pero cuando es exagerado nos puede llevar a tomar decisiones no convenientes”, detalla.
Por último, precisó que ciertos aprendizajes o vivencias personales pueden llegar a “sesgar, intensificar o contaminar las decisiones que verdaderamente nos puede proteger”, dando pie a ansiedades, preocupaciones o pensamientos extremos que no ayudan en nada en medio de una pandemia como la que encarando.