No hay duda que llevar una buena alimentación nos ayuda a tener un organismo sano y fuerte, y así prevenir la aparición de futuras enfermedades como la obesidad, la osteoporosis, la arteriosclerosis o la hipertensión, muy vinculadas al estilo de vida y la alimentación.
De acuerdo a lo expuesto y con el fin de cuidar tu salud, en las siguientes líneas te mencionaremos en las siguientes líneas te mencionaremos 8 enfermedades que se puede mejorar con una buena alimentación, señalado por la nutricionista Elisa Bláquez Blanco al portal CuerpoMente. ¡Atenta y toma nota!
La nutrición correcta de los huesos no depende solo de la ingesta de calcio. También requiere de un correcto equilibrio entre la ingesta de diversos nutrientes como calcio, magnesio, boro, vitamina C, colágeno o vitamina D. Asimismo, tomar ácidos grasos omega-3 y seguir una alimentación de tendencia alcalinizante también favorece la correcta mineralización del hueso.
La acidez gástrica es un trastorno muy frecuente en la actualidad. Ante ello, se debe tomar medidas nutricionales que puede mejorar los síntomas con menos efectos secundarios. Para una buena digestión es importante comer raciones pequeñas varias veces al día y hacerlo sentado, tranquilo y masticando bien.
Del mismo modo, evitar alimentos que producen mayor acidez gástrica son el café, el té, el alcohol, las bebidas carbonatadas, el chocolate, los zumos de frutas, la salsa de tomate, los lácteos grasos, los caldos de carne, los productos cárnicos grasos y el queso.
La palabra hepatitis significa "inflamación del hígado" y esta puede producirse por un virus o por el abuso de alcohol o incluso de grasas. Por evitar ello, la alimentación debe evitar el aumento de la carga tóxica y proteger el hígado.
Cuando el hígado está afectado, una dieta depurativa y antiinflamatoria es la acertada. También es fundamental que ayude a regular el tránsito intestinal, pues el estreñimiento favorece la entrada de mayor cantidad de tóxicos en el organismo.
Es así que, si se busca regular el intestino y a eliminar residuos, la avena es uno de los mejores alimentos. Los alimentos más adecuados para depurar el hígado son los vegetales y en concreto los amargos como la alcachofa, el apio, la escarola o los rabanitos y sus caldos.
Aunque se desconocen sus causas exactas, cada día se sabe más sobre la influencia que tiene el estilo de vida en su progresión y que la genética, el sedentarismo y la obesidad son algunos de los factores de riesgo que influyen en su aparición.
Para prevenirlo, una dieta antiinflamatoria, rica en antioxidantes y alcalina es la adecuada. es aconsejable consumir unos 1,5 litros de agua filtrada al día. Puesto que la obesidad es un factor de riesgo, la dieta debe ser moderada en calorías.
La elevación del colesterol o los triglicéridos puede ser de origen genético o consecuencia del estilo de vida. Cualquiera sea el caso, una alimentación cardioprotectora y antiinflamatoria resultará de ayuda.
La inflamación favorece que el exceso de lípidos se adhiera a las paredes arteriales, lo que las engrosa y entorpece el riego sanguíneo. Por ese motivo, es conveniente evitar el consumo de carnes grasas, embutidos, lácteos, aceites fritos, alcohol, harinas refinadas y azúcares simples.
Cabe mencionar que, el huevo contiene colesterol en su yema, pero si se toma con moderación (entre 3 y 4 a la semana) no influye en el colesterol sanguíneo.
La pauta fundamental cuando existe hipertensión es recomendable disminuir el cloruro de sodio de la dieta. Mientras tanto, el consumo de otros minerales, como potasio, calcio y magnesio, puede mejorar la tensión arterial.
El perejil, la patata, el aguacate, los dátiles o el plátano son ricos en potasio. Las infusiones de hojas de olivo o el espino blanco resultan recomendables. Los beneficios del ajo también se han estudiado por ser alcalinizante, hipotensor e hipocolesterolemiante.
La candidiasis crónica se puede deber a un desequilibrio en la microbiota generado por una presencia excesiva de hongos en las mucosas, generalmente Candida albicans. En su tratamiento la alimentación debe estar exenta de azúcares simples, harinas o cereales refinados y alimentos de alto índice glucémico (como dulces, patatas, miel, plátano o frutas secas).
También conviene evitar tomar alimentos fermentados (incluidos los de soja, como miso o salsa de soja), bebidas fermentadas (vino y cerveza), setas, vinagre y encurtidos, y levaduras (presentes en productos de panadería y preparados alimenticios como los cubitos de caldo).
Aunque las terapias cuerpo-mente sean esenciales en la mejora de la ansiedad y el estrés, la alimentación ayuda a evitar desequilibrios nutricionales que pueden exacerbar los síntomas y provocar alteraciones metabólicas. Es importante, por ejemplo, mantener la glucemia estable prefiriendo los alimentos integrales y ricos en fibra a los azúcares rápidos, pues los altibajos de glucemia afectan al ánimo.
Por otra parte, los estimulantes (café, chocolate, té, tabaco) favorecen la producción de adrenalina y provocan un estado de alerta que conviene evitar. En general se aconseja una dieta ligera, porque ayuda a sentirse más vital.