Ya sea que necesites darle un toque de color a tu rostro para parecer descansada, o no te convencen los labiales mate y súper brillantes que ves en el mostrador de la tienda, te aseguró que vas a caer rendida ante el producto que vamos hablar hoy: el tinte de labios.
Un producto de maquillaje que gracias a su textura (tinte), pinta los labios de una manera más suave, dejándolos con un aspecto muy real y natural.
Además, si deseas obtener un look más fuerte puedes optar por colores más intensos que nos den ese aspecto de haber comido un chupete.
Antes que preguntes dónde se compra, te contamos que lo puedes hacer en tu casa con productos que probablemente ya tienes a la mano. Ahorra dinero y mira estas ‘recetas caseras’:
Mezcla un poco de vaselina con cualquier producto en polvo que tenga color. Puede ser una sombra rosada o guinda, o cualquier tono de rubor. Añade más o menos cantidad de producto hasta que obtengas el color deseado.
Este es un truco antiguo para que tu labial te dure todo el día. Aplica el color de tu elección, luego coloca un papel tipo “tissue” encima de tus labios, y encima de eso, ayúdate con una brocha y aplica un poco de polvos traslúcidos. Remueve el papel y ¡voilà!
Escoge el color – y el sabor – preferido de gelatina como fresa, uva, o naranja. Humedece un poco tu dedo (¡puedes lamerlo!) y presiónalo en el polvo. Por último, frótalo en tus labios.
También puedes humedecer un hisopo para perfeccionar el color y los bordes desiguales.