Servinacuy: Definición, cuándo se usa este término y por qué era un derecho inca

El Servinacuy o también llamado "Matrimonio a Prueba" fue un legado cultural que dejó el Imperio Incaico. Christian Cerna, quien escribió un artículo sobre este tema al cual llamó "Servinacuy: Indemnidad Sexual, Integridad Psíquica e Interés Superior del Niño vs Derecho a la Identidad Étnica y Cultura", lo define de la siguiente manera.

"Se remonta a épocas anteriores a los Incas, esta institución era y es tan arraigada a las costumbres indígenas, que logró sobrevivir al catolicismo impuesto por la conquista que lo satanizó y a los tres siglos de coloniaje, manteniéndose y robusteciéndose hasta el día de hoy", refiere.

El Servinacuy es un pacto realizado entre la familia de la mujer pretendida y el hombre pretendiente, la cual se canalizaba a través de regalos y ofrendas que hacía este último: buscaba que su prometida vaya a vivir con él.

En la convivencia, que constaba de un periodo de tiempo, tenía el fin de evidenciar si la estancia prematrimonial era armoniosa. Esto se llevaba a cabo, siempre y cuando, la familia de la mujer aceptaba el ofrecimiento de la familia del hombre.

La mujer tenía la responsabilidad de realizar labores doméstica, pero además también habían vínculos a nivel sexual, es decir, tanto la pretendida como el pretendiente podían mantener relaciones sexuales pese a no estar unidos mediante el matrimonio.

Si la convivencia no era armoniosa, la mujer que había sido pretendida regresaba a la casa de sus padres y, según lo pactado con el pretendiente, devolvía los regalos que se habían entregado inicialmente.

Calderón Beltrán, citado por Christian Cerna, lo explica de la siguiente manera. "Si el servinacuy no funcionaba, la joven sometida ya a tratos sexuales por parte de su eventual pareja regresaba a su hogar".

"Esto no suponía ninguna clase de perjuicio moral, si hubieran procreado un hijo, este permanecía bajo el cuidado de la madre. El hecho de que la mujer haya perdido su virginidad y que no se considere inmoral la convivencia, demuestran que los incas no valoraban la virginidad y por el contrario, las relaciones sexuales eran síntoma de prestigio", agrega.

Cerna refiere que el servinacuy "es una práctica que hasta la actualidad es llevada a cabo en diversas poblaciones campesinas de influencia incaica". No obstante, el problema radica cuando la pretendida es menor de edad y más cuando es menor de 14 años, ya que psicológicamente y físicamente, la joven no está preparada.

Uno de los aspectos era que se podían llevar a cabo uniones matrimoniales entre parientes, pero a este "privilegio" solo podían acceder los de la nobleza inca. Se tenía la creencia que, con este procedimiento, podían mantener los privilegios de la noble estirpe.

Con la llegada de los españoles y posterior conquista, la iglesia católica reprimió duramente este tipo de práctica, la misma que se tradujo en el catecismo que escribió el jesuita Joseph de Arriaga, por orden del Concilio Provincial de Lima en 1582.

En la actualidad, diversas parejas, quienes en su mayoría son novios, prefieren ejecutar una convivencia antes de dar el paso al matrimonio, ya que buscan observar si la convivencia es armoniosa.

Debido a que esta práctica se ha ido asentando en la sociedad, la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp) decidió instaurar derechos similares a los de un matrimonio formalmente establecido.

Las personas que convivan ya pueden acceder a los siguientes beneficios: régimen patrimonial de sociedad de gananciales, derecho de alimentación, derechos de salud, derechos sucesorios, pensión de viudez y posibilidad de adoptar.

Para que estos beneficios puedan ser efectivos, se necesita que ambos acudan a una notaria consignando los siguientes documentos: nombres y firmas de los solicitantes, reconocimiento expreso de que conviven no menos de dos años de manera continua, certificado domiciliario, libres de impedimento matrimonial, entre otros.