Menarquia: cuatro consejos para preparar a tu hija en esta nueva etapa

La primera menstruación marca una etapa importante en la vida de cada mujer, y su llegada es, para algunas niñas, un acontecimiento muy esperado. Sin embargo, en otras despierta una sensación de temor e incomodidad, producto del desconocimiento y dudas que surgen alrededor del tema.

Este período, al que se le denomina también menarquia, marca el fin de la pubertad en la mujer y es señal de que su organismo empezará a experimentar cambios físicos, fisiológicos y psicológicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la primera menstruación por lo general, se inicia a los 10 años de edad; sin embargo, puede tardarse un poco más en llegar o, por el contrario, adelantarse.

Son cuatro consejos para que puedas preparar a tu hija ante la llegada de la menarquia.

1.- Observa los primeros cambios.  Alrededor de los ochos años aparece el botón mamario. Presta atención a ello, ya que algunas niñas se pueden quejar de hincones arriba de las mamas. Asimismo, observa si ya empezó a surgir el vello en las zonas corporales, sobre todo a nivel axilar. Todo ello ocurre previo a la menstruación.

2.- Conversa de lo que sucede en su cuerpo. Tu hija debe tener conocimiento de qué es exactamentela menstruación, cómo son los ciclos menstruales y la importancia que tiene ello. Conversa con ella acerca del valor de la menstruación, tomándolo como algo natural y saludable en lugar de vergonzoso o indecoroso.

3.- Cuéntale tu primera experiencia. Con la confianza que existe entre madre e hija, háblale de cómo viviste la llegada de la primera menstruación. Sin vergüenza, con ternura y algo de humor conversen sobre tu experiencia, siempre con una visión positiva. Es una buena oportunidad también para hablarle de las diferentes formas de cuidado menstrual que debe tener, tanto en el cambio de toalla higiénica como sobre la rutina de higiene íntima durante su período.

4.- Que papá también participe. Los padres se involucran cada vez más en la crianza, y también pueden conversar acerca de los cambios físicos propios de esta etapa y tomarlos con naturalidad. Es importante que la familia normalice poco a poco la conversación sobre el tema para que la niña pueda sentirse en un entorno de confianza.