Fobia: conoce los miedos más grandes que sufren los limeños y cómo tratarlos

El miedo es uno de los síntomas que muchas personas padecen y muchas veces puede surgir desde la infancia hacía un objeto, un animal o una situación que, para otras podría ser indiferente.

Las personas que tienen fobias pueden reaccionar de manera eufórica en la que una de las principales respuestas de quien la sufre es esquivar, huir o alejarse inmediatamente de aquello que la genera.

En ese sentido el psiquiatra Freddy Vásquez, sostiene al portal Andina que, este trastorno, conocido como ansiedad fóbica, aparece durante la primera infancia y aunque los motivos son diversos en muchos casos es causado sin querer por los mismos padres de familia cuando, por ejemplo, se castiga a un niño encerrándolo en un cuarto.

"Si el niño o niña llora ante algo o una situación determinada, presenta sudoración en manos y frente, se aceleran los latidos del corazón y su rostro se sonroja; entonces puede estar atravesando por ese trastorno. Un perro en la calle, una araña, ver sangre, quedarse solo en un cuarto oscuro o estar en un lugar de gran altura pueden generar estas situaciones".

Por lo regular, las fobias aparecen durante la adolescencia y en la primera juventud; pero se gestan en la primera infancia. Las más frecuentes son el miedo a la oscuridad o a atragantarse al comer. Esta última es cada vez más frecuente, resalta el especialista.

“La persona siente que se puede morir por comer, por tragar; pero la alimentación es diaria, entonces, ¡imagínense la situación! Preocupa. También son frecuentes las fobias al polvo, a los ascensores, a abordar un avión, a las alturas".

Vásquez reveló que el 15 % de las atenciones en el servicio de Emergencia del INSM son por fobias. La mayor incidencia se presenta en escolares, jóvenes universitarios y amas de casa. En los últimos tiempos se han visto varios casos que ingresaron por fobia al Metropolitano o al Tren Eléctrico.

"Algunas personas sintieron que podían morir en el Metropolitano o en el Tren Eléctrico, al hallarse en un espacio lleno de gente, reducido y con poco aire. Tanta fue su ansiedad que descendieron en cualquier paradero y llegaron a la consulta en completo estado de shock”, recordó.

También vemos casos de personas con fobia social, que es el miedo de hablar en público; fobia a los animales, porque de niños los encerraron con un perro pensando que el can cuidaría al menor; o gente con fobia a los sismos y sienten terror ante cualquier movimiento telúrico, por más leve que sea.

Ante estas señales, lo mejor es tratar el problema con un especialista en salud mental; de lo contrario, se desarrollará a lo largo de la vida. El tratamiento, comentó Vásquez, es integral y se soporta en tres pilares: uso de medicinas, terapia para el cambio de conducta y comprensión de la familia.

Como la fobia es ansiedad extrema, muchas veces la familia se burla de su ser querido o cree que exagera, advierte el médico psiquiatra. Por eso, agrega, lo tratan mal, con poca empatía, sin darse cuenta de que este problema interfiere en la vida cotidiana de quien la sufre.

Si los familiares continúan actuando de esta manera lo afectarán más. Su desempeño resultará perjudicado y no podrá llevar una vida normal. Los pensamientos catastróficos estarán presentes cada vez que imagine la causa de su fobia.

"Empezará así un círculo vicioso en el que la persona que padece alguna fobia alterará la dinámica familiar, por eso es importante que se le brinde alivio de lo contrario no será posible su curación", puntualizó.

(Información compartido en el portal Andina)