¡A cuidar el corazón!

Miguel Reyes

Médico cardiólogo en la Clínica Anglo Americana y el Centro de Entrenamiento Internacional Anglo Americana

Hacer ejercicio es un hábito saludable que ofrece múltiples beneficios y, afortunadamente, está cada vez más extendido. Pero quienes lo practican deben tomar en cuenta ciertas pautas para no comprometer su salud y bienestar, especialmente si se trata de personas que están empezando o retomando el entrenamiento.

El tipo de ejercicios dependerá de factores como los resultados que se buscan obtener, y el estado físico y de salud de cada persona. Si el objetivo es perder peso, son ideales los ejercicios aeróbicos, por ejemplo, caminar, correr o andar en bicicleta, que favorecen la quema de calorías y ejercitan los músculos del corazón.

Es importante tener en cuenta que se debe establecer la rutina de ejercicios de manera gradual, comenzando con movimientos moderados durante periodos breves para, con el paso de los días, aumentar la intensidad y duración según el cuerpo se vaya acostumbrando a la exigencia. Así no se comprometerá la salud cardiovascular.

Para no demandar demasiado esfuerzo al corazón, se recomienda que la actividad física sea en promedio de 30 minutos diarios durante al menos cinco días a la semana. Esta actividad debe ser lo suficientemente intensa para elevar la frecuencia cardiaca, aunque no de manera excesiva, y así estimular y fortalecer el corazón y los pulmones. Si sentimos alguna molestia o sobrecarga, debemos detenernos.

Antes de iniciar cualquier actividad, se debe calentar para aumentar el flujo sanguíneo en los músculos y evitar lesiones. Este calentamiento requiere de ejercicios de baja intensidad por cinco o diez minutos, seguidos de movimientos para estirar los músculos. De igual manera, al término de la sesión, se tiene que reducir la intensidad del ejercicio progresivamente, para que los músculos se vayan enfriando y regresen a su estado normal.