Curas y monjas protestaron por niños migrantes, pero terminan arrestados
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La detención de niños migrantes en la frontera de Estados Unidos revela una triste historia en la vida de cada menor. Por eso, 70 curas, monjas y activistas católicos llegaron hasta el edificio Russell del Senado de Washington, para reclamar los abusos que se está cometiendo con los menores.
Tras una intensa protesta dentro de la institución pública para exigir una solución humana ante la crisis migratoria, los religiosos que venían de diferentes ciudades del país fueron arrestados.
Durante la manifestación, los creyentes tenían en sus manos carteles con imágenes de los niños que estuvieron en custodia en la frontera sur.
El grupo de personas que se presentó en la rotonda fueron 200 activistas que buscaban reclamar el cese de las detenciones de los pequeños. A través de alabanzas y rezos como el Padre Nuestro y el Ave María, lo realizaban como parte de una protesta, aunque la policía del Capitolio les exigía que se retiren para evitar el arresto.
Como marco del "Día de Acción Católica", una joven de 20 años los organizó como una campaña de presión. Cuando estaban cantando mientras los periodistas captaban el momento, cuatro hombres se acostaron en el piso formando una cruz con las fotos de los menores fallecidos que estuvieron a cargo de autoridades migratorias.
Jaklin Caal, símbolo de lucha
El pasado diciembre, Jaklin Caal Maquin, una niña guatamalteca murió a los 7 años estando en custodia de la Patrulla Fronteriza. Lamentablemente, no es la única. Felipe Gómez de 8 años y los adolescentes, Juan de León Gutiérrez y Carlos Gregorio Hernández de 16 años también fallecieron.
“Sabemos que hay muchos niños que están sufriendo a diario el trato de nuestro gobierno, y nuestra fe como católicos nos reclama tomar acción, nos manda a hablar por los más necesitados y defender los derechos de los que están sufriendo”, declaró la directora ejecutiva del grupo “Hermanas Católicas" de EE.UU. contra el Tráfico Humano (USCSAHT), Jennifer Reyes a Telemundo.
Los esposados fueron 70 religiosos y los trasladaron en tres vehículos hacia una comisaría cercana, donde presentaron cargos contra ellos.
La directora de Comunicaciones de la policía del Capitolio, Eva Malecki informó,“el cargo es hacinamiento, obstrucción e incomodar, que básicamente significa que está prohibido hacer protestas en los edificios del Congreso”.