El objeto que debes proteger a toda costa: romperlo te asegura 7 años de mala suerte

En la cultura popular, se dice que romper este objeto trae una maldición de siete años de mala suerte. Este mito ha perdurado durante siglos y se ha convertido en una creencia común en muchos países, especialmente en Europa y América Latina. Pero, ¿por qué se asocia un simple objeto con tan fatídica consecuencia? A continuación, exploramos el origen de esta superstición y otros objetos que la tradición señala como de "mala suerte" al ser dañados.

La idea de que romper un espejo trae siete años de mala suerte se remonta a la antigua Roma. En esa época, los espejos eran considerados objetos sagrados y se creía que reflejaban no solo la imagen, sino también el alma de la persona. La creencia popular decía que al romper un espejo, la persona rompía su alma, lo que resultaba en un periodo de infortunio. La duración de los siete años proviene de la antigua creencia de que el ciclo de renovación del cuerpo humano se completaba cada siete años, lo que hacía que la mala suerte durara hasta el próximo ciclo de regeneración.

El espejo no es el único objeto que la gente asocia con la suerte o la mala suerte. Por ejemplo, las escaleras se consideran un símbolo de mala suerte si se pasan por debajo, ya que en algunas culturas se cree que forman un triángulo sagrado que se debe respetar. También se dice que el abrir un paraguas dentro de casa trae mala suerte, ya que se considera que descompone la energía y puede traer desventura. Por otro lado, encontrar un trébol de cuatro hojas o cruzar los dedos se considera un gesto de buena suerte, que se realiza para atraer la fortuna.

Las supersticiones pueden parecer anticuadas, pero siguen influyendo en nuestras vidas cotidianas y reflejan cómo la humanidad ha buscado explicar lo inexplicable a través de creencias y tradiciones. Romper un espejo es solo una de muchas acciones que se consideran de mala suerte, pero lo que es seguro es que estas creencias nos enseñan a reflexionar sobre nuestras acciones y a mantener una dosis de cautela en nuestro día a día.