No nos exaltemos. Es normal que nuestro cabello reaccione a ciertas condiciones poco o nada habituales para nosotras. Pero si has notado que se te está cayendo con más frecuencia de lo normal, es necesario que descubras la razón detrás de ello.
Es muy probable que si acabas de dar a luz se te caiga el cabello. Esto es porque durante el embarazo, nuestras hormonas incrementan su número y hacen que el cabello crezca con más frecuencia y cantidad de lo habitual. Y claro, una vez culminado los 9 meses, el nivel de hormonas disminuye y todo el cabello que ganaste, se vuelve a perder.
Los expertos confirman que la caída estacional existe. Y aunque la caída de cabello puede producirse en cualquier momento del año, en otoño es más común.
“Si transcurridos entre 2 y 4 meses de esa caída (supuestamente estacional) notamos que la densidad del cabello ha disminuido, que el cuero cabelludo ha empezado a clarear o que el pelo está más fino y débil, tenemos que empezar a preocuparnos y acudir a un dermatólogo”, recomendó en una entrevista para Vogue, el director del Insituto de Dermatología Integral, Miguel Sanchez.
Otro tipo de caídas que no suelen necesitar tratamiento son las producidas por situaciones de estrés. Puede ser un cambio de trabajo, el tráfico, o incluso una ruptura amorosa.
Eres lo que comes. Y aunque no existen alimentos milagrosos, es importante prevenir la caída de cabello consumiendo alimentos ricos en hierro como las carnes rojas o ciertas verduras. Además, también son importantes las vitaminas A y B.
Un factor importantísimo de la caída de cabello es la edad. A partir de los 30 es cuando empezamos a notar la aparición de líneas de expresión que pueden venir acompañadas con una pérdida de volumen ahí arriba.