Santa Rosa de Lima: ¿Cuáles fueron los milagros de la Santa Patrona de las Américas y Las Filipinas?

Santa Rosa de Lima es una santa que hoy 30 de agosto está de aniversario. Como se sabe, ella ya cumplió 506 años de muerta, pero hasta hoy recordada no solo como la primera santa del Perú sino también como un referente de la fe católica del Perú. Cabe mencionar que hoy es un día de celebración para todos aquellos que aman a esta santa peruana.

Por otro lado, es bueno indicar que como costumbre los millones de fieles que tiene acuden hasta su santuario y dejan sus cartas pidiendo por algún deseo en particular. En esta nota te damos a conocer todos los hechos y milagros que se le adjudican a esta santa patrona del Perú y del mundo.

El primer proceso apostólico a Santa Rosa de Lima incluía una lista de 119 milagros, recopilados por el abogado Antonio González Acuña. Estos fueron depurados en los años siguientes, a la par que se le añadían otros milagros propuestos. Esto se puede ver claramente en el libro de Stephen M. Hart, Santa Rosa de Lima, la evolución de una santa (Editorial Cátedra Vallejo, 2017), los criterios para determinar la evidencia de un milagro se habían vuelto más estrictos luego del Concilio de Trento (1545-1563) y se requería que cada caso fuera acompañado de evidencia médica sustentada, a la que se le daba un rol fundamental.

Los milagros peruanos que se resaltan

María Sánchez era una niña quien sufrió un terrible accidente y que debido a ello quedó imposibilitada de caminar. Lo cierto es que los padres de la menor ofrecieron una novena para Santa Rosa en la tumba donde permanece hasta hoy sus restos mortales tras fallecer en 1617.

Milagrosamente la menor se recuperó y volvió a caminar. Hasta hoy esto no puede ser explicado por la ciencia.

Isabel Durán era una viuda quien tenía un brazo que curiosamente estaba seco y sin movimiento. En 1617 mientras Santa Rosa de Lima era velada, su brazo rosó sus restos mortales y fue curada milagrosamente.

Un sacerdote fue testigo del hecho cuando ya Santa Rosa iba a ser sepultada y es aquí que se le adjudicó un primer milagro a la Santa Patrona de Las Américas y las Filipinas.

Mauro Diego de Ayala era un ciudadano peruano quien al igual de Isabel Durán tenía serios problemas con uno de sus brazos. Si bien no estaba seco e inmovilizado, esta condición (el problema en su brazo) agravó su estado de salud postrándolo a la cama de un hospital.

Un día acudió al sepulcro de la santa patrona y recobró su salud milagrosamente. Este caso así como el testimonio de aquellos que lo vieron fueron trasladados al Papa Clemente X en 1669.

Era una mujer quien permanecía postrada debido a una parálisis total de sus piernas. Lo cierto es que, obtuvo la movilidad de sus extremidades inferiores cuando de un momento a otro acudió al sepulcro de la Santa y se echó tierra a esta parte de su cuerpo.

Es una mujer desahuciada por su médico en tiempos en que la fiebre era una enfermedad mortal e incurable. En aquellos días, esta enfermedad que hoy es tratada y curada por medicamentos antes, era sinónimo del final.

Es aquí que mientras se encontraba en su lecho de muerte, sujeto una estampa de la Santa Patrona y luego se quedó profundamente dormida. Lo cierto es que, tras ello, al día siguiente abrió los ojos y estaba curada.

Él era un joven quien padecía fiebre y tosía sangre. Hasta el momento previo a su milagrosa curación, tres doctores lo declararon moribundo y solo había que esperar. Lo cierto es que él imploró ayuda a Santa Rosa de Lima y bebió agua mezclada con tierra de su tumba. Tras quedar dormido, se curó milagrosamente. Hasta hoy la ciencia no sabe explicar cómo ello pudo ocurrir en tiempos que ni la vacuna existía.

Candida tuvo un proceso de parto muy accidentado que casi le cuesta la vida. Padeció durante varios días intensos dolores que complicaban su ya deteriorada salud. Lo cierto es que colocó una estampa de la virgen y se curó. Ella contó que la estampita se la colocó en la zona del vientre.

Pero el caso que más curiosidad ha despertado es sin duda el del italiano Serafino Puglisi ya que en 1669 perdió la vista y el oído. Se le declaró desahuciado y casi muerto en vida. Sin embargo, él invocó a Santa Rosa y ella se le presentó. Este feligrés contó tiempo después que ella no solo se le presentó, sino que le habló. Él narró: “Ella me habló y dijo: ‘Te refrescaré’”.