Estas son las peores vestidas de la historia de los Oscar

Los premios Oscar no solo es el evento más esperado de la industria del cine, sino que su alfombra roja se ha convertido en una de las más comentadas por los hermosos looks que llevan las actrices y luego son elogiados por el mundo, pero con los años los cánones de la moda han ido cambiando y los gustos también.

Los mejores diseñadores buscan vestir a las actrices que asisten, pero sobre todo a las nominadas, porque obviamente recordarán el vestido de las ganadoras. En los últimos años el famoso código de vestimenta ha sufrido muchas modificaciones, ya que al inicio las artistas usaban vestidos largos con colores neutros como azul marino o negro, además, de joyas y con peinados recogidos. En la actualidad son muchas las invitadas que apuestan por diseños más coloridos, donde agregan pedrería a sus estilismos o hasta incluso usan transparencias, que en algunos casos puede meter en problemas a quien lo viste.

Pero así como hay las mejores vestidas que terminan siendo recordadas por sus hermosos vestidos, también están las que al aparecer decidieron a última hora o simplemente quisieron mostrar un estilo más desenfadado. Aquí algunos casos que se quedaron en la historia de los Oscar:

Cher es una de las pioneras en usar vestidos transparentes. Ella se presentó en el 1988 a los premios de la Academia  con un vestido de tirantes ceñido a su escultural figura, en su momento ese outfit la colocó como una de las peores vestidas del evento. Aunque, no se puede negar que la pieza demostraba sofisticación, el diseño era digno más de una de sus espectaculares presentaciones que una alfombra roja.

En 1989, Demi More decidió innovar con su outfit para los Oscar de ese año. La actriz que en esa época estaba casada con el también actor, Bruce Willis, apareció con un corsé en la parte superior y unos shorts estilo ciclista. Para acabar el outfit estuvo acompañado de una falda larga tipo capa.

Ese mismo año, Whoopie Goldberg también rompió con el estilo sobrio y serio de esa época. La actriz llevó un vestido de satín que contrastaba con una capa exterior de color dorada con un forro llamativo de tono verde.

Hay modelos en la historia de los Oscar que se escapan a las tendencias, los tejidos o estilos habituales para crear polémica o llamar la atención como el vestido de Lizzy Gardiner de 1995.