El embarazo es una de las etapas más importante de una mujer por lo que desde el momento en que nos enteramos que dentro de nosotras está creciendo un pequeño ser, nos realizamos un sinfín de preguntas y entre ellas se encuentra los movimientos del bebé dentro de la barriga.
Una de las sensaciones más increíbles durante el embarazo es cuando sentimos sus movimientos en nuestra barriga. Ante ello, un estudio reciente menciona que las pataditas de tu bebé le ayudarían a desarrollar un mapa de su propio cuerpo.
Según explica la investigación, publicada en la revista Scientific Reports, las pataditas o movimientos que siente una mujer cuando está embarazada, no son solamente porque se está acomodando, sino porque está conociendo su cuerpo y enviando esa información a su cerebro.
Ante lo mencionado, el portal Guía Infantil señala que durante el proceso de embarazo se produce un incremento de la glucosa en la sangre materna que pasa al bebé a través de la placenta y que anima al pequeño a moverse rítmicamente y por períodos cortos de tiempo.
Asimismo, cuando el embrión mide sólo unos pocos centímetros, flota en el vientre materno, se balancea y gira en el líquido amniótico. A medida que va creciendo, los movimientos fetales son cada vez más precisos.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron las ondas cerebrales que eran producidas cuando los bebés recién nacidos "pateaban" o hacían movimientos de este tipo con sus extremidades durante la fase REM del sueño, encontrando que las ondas cerebrales rápidas se activaban en el hemisferio correspondiente.
¿Qué significa ello? Los especialistas explican que, si un bebé mueve la mano derecha, esto ocasiona que se activen las ondas cerebrales de forma inmediata en el hemisferio izquierdo del cerebro, que es la parte encargada de procesar el sentido del tacto de la mano derecha. Estas ondas cerebrales que eran provocadas por esos movimientos, desaparecían después de que los pequeños tenían un par de semanas de haber nacido.
En ese sentido, el estudio científico menciona que los movimientos ayudarían a desarrollar las áreas del cerebro correspondientes a los estímulos sensoriales, y a que los bebés sean más conscientes de su propio cuerpo.