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16 Nov 2018 | 15:28 h

Brisayda Aruhuanca, la joven que enseña a hablar aimara a niños de Puno

La joven utiliza dinámicas de juego y canto en aimara de manera que los niños puedan expresarse correctamente en su lengua materna.

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    Enseñar en lengua materna es un desafío para los futuros profesores de Educación Intercultural Bilingüe. Es el caso de Brisayda Aruhuanca Chahuares, estudiante del octavo semestre de Educación de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

    Brisayda Aruhuanca enseña a los niños de manera práctica quienes visten atuendos típicos de su comunidad.

    En el 2014, obtuvo Beca 18 para estudiar la carrera de Educación Intercultural Bilingüe, actualmente realiza sus prácticas preprofesionales en la escuela inicial de su natal Camata (centro poblado ubicado en el distrito de Platería, en Puno). Allí enseña en aimara y recrea vivencias ancestrales como el ritual de la siembra de la papa.

    Las sesiones de clase las realiza de manera práctica, a sus alumnos los viste con vestuarios que se utilizan en su comunidad, luego realizan la faena de la siembra de la papa con el apoyo de los padres de familia, todas las indicaciones son en aimara, “nadie debe hablar español” advierte a los niños y a sus mamás.

    “A mí me preocupa que en esta comunidad los niños y jóvenes hayan dejado de hablar en su lengua materna”, afirma Briayda Aruhuanca, en su idioma nativo aimara que heredó de sus abuelos. Ella habla fluidamente y lo comparte con sus alumnos.

    Como futura maestra, Brisayda, utiliza dinámicas de juego y canto en aimara de manera que los niños puedan expresarse correctamente en su lengua materna, y en el futuro sean los promotores de fortalecer la lengua aimara.

    En la comunidad de Camata solo las personas mayores hablan en aimara, los niños y jóvenes ya no muestran el interés por su idioma nativo. Brisayda, teme que en el futuro pueda extinguirse la lengua aimara.

    La técnica de Brisayda Aruhuanca incluye la recreación de una faena de siembra de papa.

    “Nosotros tenemos la culpa de hablar en español a nuestros hijos, la profesora Brisayda nos hizo reflexionar”, refiere Erica Tapia, visiblemente avergonzada por no compartir su idioma que más domina y habla fluidamente desde que fue niña.

    La iniciativa de Brisayda, es un ejemplo de cuánto se puede incidir en la enseñanza de las lenguas originarias en el país, a fin de que estas perduren para las futuras generaciones.

    Con información de Andina.