Pedro Castillo, presidente de la República, está fuera de cumplir las promesas de campaña, pues su palabra de maestro caería en saco roto respecto a la educación en el país. La primera autoridad de Perú llegó esta semana a los seis meses de su gobierno con un balance negativo, con respecto al avance en la ejecución de lo que ofreció a sus simpatizantes, situación que se ha visto aún más complicada por las denuncias y sombras que surgieron por su desempeño mismo en el cargo.
De acuerdo con una revisión realizada por La República, Pedro Castillo ofreció 42 promesas durante su intervención en los tres debates que tuvo en la primera vuelta, en su natal Chota, y en el debate final de segunda vuelta.
De estas 42 ofertas de campaña, solo ha avanzado en el cumplimiento de cuatro: el inicio de la llamada segunda reforma agraria; la vacunación masiva, y facilitación del turismo; esto además de su promesa de respetar la propiedad privada.
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Esto quiere decir, hay 38 promesas sin señales de avance en su ejecución. El análisis ni siquiera incluye los planteamientos consignados en el llamado “ideario” que elaboró Vladimir Cerrón y que fue presentado como plan de gobierno.
La lista de los ofrecimientos incumplidos pasa por distintos sectores. En Salud, Castillo ofreció la implementación de mil camas UCI y la fusión del sistema de salud. También está la oferta de aumentar el presupuesto de Salud hasta el 10% del PBI, lo cual tampoco fue sustentado técnicamente. Lo que sí viene avanzando es la inoculación masiva contra el COVID-19.
En cuanto a Economía, Pedro Castillo Terrones propuso ampliar el programa Pensión 65, para que accedan las personas a partir de los 60 años; sin embargo, este sistema es poco efecitov, pues resultan que existen personas en diversos distritos que aún vienen luchando para acceder a este beneficio económico. Para la reactivación, propuso la compra de créditos a los microempresarios desde el Banco de la Nación, para que paguen con menos intereses.
En el ámbito laboral, tocó el tema de generar un millón de empleos en el primer año y así una lista extensa (ver cuadro).
Para Natalia González, directora e investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), los primeros seis meses de este gobierno ha significado un debilitamiento de la institucionalidad del Ministerio de Educación y una amenaza a la carrera pública magisterial, situación que perjudicaría especialmente a las zonas rurales, que es de donde proviene el presidente Pedro Castillo.
La especialista consideró que la reciente juramentación de Rosendo Serna como titular del Minedu representa una esperanza, en relación a cuatro aspectos que la ciudadanía debe defender: la reforma universitaria, la reforma de la carrera pública magisterial, el nuevo currículo educativo y el retorno a la presencialidad.
En cuanto a materia de lucha anticorrupción, el director ejecutivo de Proética, Samuel Rotta, considera que el balance es negativo en estos seis primeros meses. Ello, de acuerdo a sus análisis, debido a la falta de políticas de integridad y transparencia, y también por las reuniones irregularidades que tuvo Castillo, dando lugar a investigaciones por presunta corrupción.