Científicos pronosticaron fecha exacta del Fin del Mundo: "Serán exprimidos hasta la muerte"

El Fin del mundo está más cerca de lo que todos imaginaban, y es que científicos habrían llegado a la conclusión que quedan pocos años para que la humanidad se extinga por completo.

Ni Nostradamus ni Baba Vanga han logrado acertar sus predicciones con tanta exactitud; sin embargo, estos especialistas se basaron en evidencia científica, lo que provoca aún más terror.

La predicción del fin del mundo es un tema que ha generado numerosas teorías, ninguna de las cuales ha logrado proporcionar una precisión exacta para determinar su veracidad. Desde el calendario maya hasta el cometa Halley y otras teorías conspirativas, los científicos han decidido cambiar el enfoque y utilizar cálculos matemáticos para intentar descifrar en qué día podría ocurrir.

En este sentido, un grupo de científicos se ha dedicado a desarrollar una técnica matemática con el objetivo de dar forma a la teoría del fin del mundo. A través de diversos estudios lógicos, han llegado a la conclusión de que el 13 de noviembre de 2026 sería el día del apocalipsis. Sin embargo, es importante recordar que estas predicciones están sujetas a incertidumbre y no se ha demostrado científicamente la veracidad de dicha fecha.

Este grupo conformado por los físicos Heinz von Foerster, Patricia M. Mora y Lawrence Amiot se basó en un estudio realizado en 1960 para argumentar que en el año 2026, la humanidad experimentará un cambio radical en su existencia a causa de una "superpoblación" que desencadenará una crisis en todos los aspectos fundamentales.

“Nuestros tataranietos no se morirán de hambre, pero serán exprimidos hasta la muerte. Ese día, la población humana se acercará al infinito si crece como ha crecido en los últimos dos milenios”, sintetizaron los especialistas, quienes se adentraron en un tema candente, el cual, a medida que pasa el tiempo, empieza a perder interés en el público debido a la gran cantidad de desaciertos que existieron en el último tiempo.

Y, en esa misma línea, continuaron: “No hay necesidad de esperar hasta que un mecanismo externo influya en la actividad humana. Dado que el entorno del hombre está cada vez menos influenciado por las ‘fuerzas naturales’ y más y más por las sociales determinadas por nuestra especie. Somos nosotros los que debemos tomar el control de nuestro destino”.