Érase una vez un vibrador
Únete al canal de Whatsapp de WapaHoy en día el vibrador es uno de los juguetes sexuales más populares, pero hace casi un siglo y medio atrás era un aparato terapéutico empleado para curar una enfermedad que afectaba a una gran cantidad de mujeres durante el siglo XIX: la histeria femenina.
¿Cómo fue entonces que una herramienta médica pasó a convertirse en un juguete sexual? Para saberlo necesitas conocer la historia de la histeria y del origen del vibrador.
Mujeres histéricas
Desmayos, insomnio, irritabilidad, dolor de cabeza y pérdida de apetito eran algunos de los síntomas de la histeria femenina, una enfermedad que experimentaban cada vez más mujeres desde mediados del siglo XIX, en plena época victoriana en Inglaterra.
Luego de ser diagnosticadas, las mujeres debían someterse a un tratamiento médico que consistía en aplicar lo que se llamaba masajes pélvicos, que no eran otra cosa que la estimulación manual de la vulva por parte del doctor hasta que la paciente alcanzara el denominado paroxismo histérico.
Aunque los médicos de la época no lo sabían, en realidad lo que estaban haciendo era masturbar a la mujer hasta que ella lograra tener un orgasmo, con lo cual los síntomas de la histeria desaparecían momentáneamente durante días o semanas hasta que nuevamente la paciente regresaba para continuar con el tratamiento.
Si la masturbación femenina y el placer sexual eran cosas que ni siquiera se le cruzaban por la mente a los médicos y menos aún a las pacientes era porque en ese entonces se creía que las mujeres no experimentaban deseo sexual sino que su sexualidad estaba destinada únicamente a la reproducción. Por lo tanto no había ninguna connotación sexual en el masaje pélvico ni tampoco en el paroxismo histérico.
El origen del vibrador
Si bien el tratamiento contra la histeria era efectivo los médicos no se daban abasto para atender a las pacientes sin que eso significara emplear un tiempo que ellos consideraban excesivo, debido a que algunas mujeres podían tardar horas en llegar al paroxismo histérico. Esto traía como consecuencia que los doctores terminaran agotados luego de una jornada laboral en la que tenían que aplicar repetitivos masajes pélvicos a sus pacientes. Entonces surge la idea de crear un aparato que sirva para reemplazar la labor manual del doctor. Es así como en 1870 se crear el primer vibrador mecánico y tres años después se emplea el primer vibrador electromecánico.
Sin embargo, no es hasta 1880 —cuando se inventa el vibrador de baterías a manos del médico británico Joseph Mortimer Granville— que este aparato logra una gran popularidad. Los vibradores eran difundidos en los catálogos de las publicaciones femeninas de la época dedicadas a la costura y a la moda. Eran promocionados junto a otros electrodomésticos de ese entonces con el mismo objetivo: que sean de uso de casero para las esposas y amas de casa.
No fue hasta los inicios de la revolución sexual ocurrida en la segunda mitad del siglo XX que el vibrador dejaría de ser considerado una herramienta terapéutica para pasar a ser un juguete sexual. Para ese entonces la histeria femenina dejó de ser considerada una enfermedad y pasó a convertirse en un mito. Pues los síntomas de la histeria femenina no eran otra cosa que una manifestación de la insatisfacción sexual de las mujeres que eran diagnosticadas como histéricas.
Sandra Campó es escritora y educadora sexual. Autora del libro HOY TENGO GANAS DE MÍ: 7 historias de masturbación femenina y creadora del blog SASÁ. Desde 2015 realiza talleres de educación sexual para mujeres en diversos espacios de Lima.