Una de las principales consecuencias del síndrome piernas inquietas es el insomnio, el cual se estima padece un 15% de la población.
También conocido como acromelalgia, es un trastorno neurológico que provoca el movimiento brusco de las extremidades y que afecta particularmente el descanso.
Mientras una persona que padece este síndrome descansa, suele experimentar sensaciones de hormigueo, escalofríos, quemazón o incluso dolor, lo que hace que sea una necesidad moverse.
Aún no se define una causa concreta pero los especialistas no descartan que tenga un componente genético.
Pues se calcula que un tercio de los pacientes presentaron un historial clínico con antecedentes familiares.
Los estudios fueron recogidos por uno de los mayores especialistas del campo, el doctor Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sueño y presidente de la Sociedad Española del Sueño.
Aunque esta condición sea desconocida para muchos, según datos médicos se estima afecta al 15% de la población de entre 18 y 65 años.
De acuerdo con el doctor García-Borreguero, “se constata que al menos seis de cada diez pacientes tienen un familiar cercano que también está afectado en alguna medida”.
Además, también agrega que se está ante una “enfermedad frecuente” aunque “la mayor parte de personas afectadas desconocen que padecen de este cuadro, atribuyéndolo, por erro a otros cuadros, por ejemplo, problemas de circulación”.
Estar al pendiente de nuestro estilo de vida puede ser una manera de controlar y mejorar los síntomas de piernas inquietas.
Si este es tu caso puedes seguir estos consejos.
Ponerse más alto: Elevar la mesa o las estanterías de tal forma que puedas trabajar o leer de pie.
Estiramientos: terapias como el tai chi, yoga, acupuntura y musicoterapia son un buen aliado para mitigar los síntomas físicos y emocionales.
Mantener activa la mente: ayuda a reducir los síntomas.
No luchar contra la necesidad de moverse: hacerlo puede provocar que los síntomas se agudicen. Se aconseja hacer ejercicios para mejorar la flexibilidad, corregir las posturas y fortalecer los músculos y articulaciones de las piernas.