Muchas personas consideran que para alcanzar los objetivos se debe trabajar de manera disciplinada; sin embargo, hay un punto clave que no debemos de olvidar y es que para lograr nuestras metas debemos tener una motivación.
Cada persona tiene diferentes motivaciones, que los animan a luchar por lo que se quiere, pero quizás en el camino haya quedado olvidado aquello que te hace feliz y te permite dar un paso más hacia delante.
Ante ello, el especialista español Xavier Soler, fundador del Instituto Internacional de Motivación, menciona algunos puntos clave para alcanzar nuestros objetivos con el mismo ánimo que tuvimos el primer día en nos lo trazamos. ¡Vuelve a creer en tus sueños!
Conceptualización: Conduce a realizar actividades intelectuales, como ideas o teorías.
Apariencia: Impulsa la imagen y la proyección social: mostrarse, comunicarse, exhibirse.
Placer: Disfrutar de los sentidos: la música, la gastronomía, la pintura, el sexo.
Visibilidad: Ser visto y tenido en cuenta por lo que uno es. No pasar inadvertido.
Afectividad: Los sentimientos involucrados con cualquier tipo de relaciones: amar, apreciar, mimar, sentir compasión
Poder: Ejercer la posición de mando y dirección. La capacidad de influir, decidir, ordenar, liderar y, también, compartir y distribuir.
Interés colectivo: Intervención activa en asuntos de la comunidad.
Innovación: Deseo de crear, de descubrir, de aportar cosas nuevas y originales a nuestro entorno.
Seguridad: La búsqueda de un espacio cómodo, propio y duradero.
Interés personal: Gustos, hobbies y cuidados personales. Fuerte sentido de la independencia.
Economía: La importancia del dinero y el status que supone la capacidad adquisitiva.
Bienestar: Nos lleva a buscar el confort, la comodidad, la quietud, la relajación.
Práctica: Acción para experimentar, medir, corregir. Habilidades manuales, construcción.
Consideración: Necesidad de apreciación, de que las personas que tenemos alrededor nos agradezcan y valoren lo que hacemos.
Autorrealización: Crecimiento personal, capacidad para el esfuerzo y el disfrute a largo plazo de los objetivos que dan sentido a nuestra vida.
Amor propio: Consiste en tener seguridad y sentirse satisfecho con uno mismo. Marca las ganas de triunfar, la confianza que tenemos frente a la adversidad, o la crítica y la capacidad de autodeterminación.
Es importante mencionar que una vez que hayas redescubierto qué es lo que te completa y te hace sentir mejor, comienza a dar pequeños pasos en esa dirección hasta alcanzar tus objetivos.
