Cuando llega la noche, el cansancio no siempre es suficiente para conciliar el sueño. Factores como el estrés, la tecnología y los hábitos diarios pueden influir en la calidad del descanso.
Únete al canal de Whatsapp de WapaConciliar el sueño puede ser un verdadero reto cuando los pensamientos no paran de dar vueltas. Muchas personas lidian con la ansiedad nocturna, lo que les impide relajarse y descansar adecuadamente. Según Lawrence Chan, especialista en medicina del sueño en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, este es un problema recurrente en pacientes con insomnio.
Los expertos en sueño coinciden en que establecer una rutina antes de acostarse puede hacer una gran diferencia en la calidad del descanso. Seguir un conjunto de hábitos relajantes permite que el cerebro se desconecte de las preocupaciones del día y se prepare para dormir.
David Brodner, especialista en trastornos del sueño y fundador del Centro de Sinusitis, Alergia y Bienestar del Sueño en Florida, recomienda iniciar la preparación para el descanso al menos 30 minutos antes de acostarse. Durante este tiempo, es ideal realizar actividades que induzcan a la relajación, como leer, escuchar música tranquila o tomar un baño caliente.
Uno de los mayores obstáculos para dormir bien es el uso excesivo de dispositivos electrónicos. Lawrence Chan advierte que "las pantallas están diseñadas para captar la atención y mantener la mente activa, lo que dificulta el descanso nocturno".
Para mejorar la calidad del sueño, se recomienda evitar el uso del teléfono, la computadora o la televisión al menos una hora antes de dormir. En su lugar, optar por actividades relajantes puede hacer una gran diferencia en la transición al sueño profundo.
Si los pensamientos constantes te mantienen despierto, establecer un "tiempo para preocuparse" puede ser una solución efectiva. Reservar entre 15 y 30 minutos durante el día para reflexionar sobre problemas y posibles soluciones puede ayudar a liberar la mente antes de acostarse.
Otra estrategia recomendada por especialistas es llevar un diario de gratitud. Antes de dormir, escribir de tres a cinco cosas por las que te sientes agradecido puede ayudar a reducir la ansiedad y fomentar una actitud positiva, lo que facilita el descanso reparador.
El sueño no es un estado uniforme, sino un proceso dividido en cinco etapas fundamentales, según los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH). Cada fase cumple una función esencial para la recuperación del cuerpo y la mente.
Después de las fases iniciales del sueño no REM, se da paso al sueño REM (movimientos oculares rápidos), que ocurre aproximadamente 70 a 90 minutos después de quedarse dormido. Este ciclo se repite a lo largo de la noche y es fundamental para la recuperación cognitiva y física.
Durante el sueño REM, el cerebro está especialmente activo, lo que facilita la consolidación de la memoria y el procesamiento emocional. En esta etapa también se presentan los sueños y el cuerpo entra en un estado de relajación total.
Adoptar buenos hábitos de sueño puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida. Reducir la exposición a pantallas, establecer rutinas relajantes y practicar técnicas para manejar el estrés son estrategias clave para lograr un descanso reparador. Si los problemas de sueño persisten, consultar a un especialista puede ser el primer paso para encontrar soluciones efectivas.