Niño abraza a su cachorra desahuciada y rompe en llanto: "Es triste cuando van al cielo"

Dicen que los niños y las mascotas suelen formar una "relación inquebrantable" porque ambos encuentran un socio para realizar infinitas travesuras y, además, son consientes que se cuidarán las espaldas. Lo mismo ocurrió con una pareja de Florida luego de mostrar sus experiencias en Facebook hasta que llegó el momento más difícil: la despedida para siempre.

Se trata de Robby, un niño que fue adoptado por María Henry Gay y su esposo para formar una familia, pero sentían que algo faltaba y decidieron recurrir a un refugio para adoptar a un cachorro que terminó siendo una peluda de avanzada edad que fue bautizada como "Buffy".

La convivencia no podía ser mejor: todos eran felices, gozaban de momentos divertidos, salían a comer los fines de semana, entre otras cosas. Sin embargo, al elegir un animal en etapa adulta los problemas de salud se harían presente hasta que el médico veterinario que atendía al poodle reconoció que las esperanzas eran mínimas.

"Bueno, hoy no salió como esperábamos, pero es en los tiempos más difíciles aprendemos las mejores lecciones y sentimos la más gratitud. Buffy tenía programado que le limpiaran y removieran los dientes, pero la Dra. Mac tenía la sensación de que necesitaba mirar un poco de trabajo de laboratorio antes de ponerla anestesia", contó la señora.

"Ella tenía razón; Buffy mostró signos de insuficiencia renal avanzada por lo que la anestesia no era una opción, como familia decidimos que lo más amable y amoroso que hacer sería dejarla ir antes de que ella perdiera su voluntad de vivir y dejara de comer y beber", agregó María Henry Gay en Facebook.

Si bien el suceso ocurrió en 2020, la mamá de Robby quiso involucrar al pequeño en la decisión y hacerle entender que no había más alternativa porque la mascota estaba sufriendo mucho: "En el camino allí me dijo que quería ser él quien la abrazara cuando ella se fuera al cielo (…) De camino a casa le dije lo orgulloso que estaba de él por entender la importancia de cuidar a los animales viejos y ayudar a asegurarse de que nunca jamás sufrieran".

"Sé cómo se siente no ser amado ni cuidado y no quiero que ningún animal mío se sienta así. Solo es triste cuando van al cielo. Es un día feliz para ellos. Gracias por estar orgullosa de mí. ¿Estás bien, mamá?", fueron las palabras del niño, que fueron transcritas a Facebook para conocer su impresión tras la partida del poodle, quien se fue recibiendo un profundo abrazo y sintiendo unas lágrimas.