La maicena es un producto que solemos encontrar en la cocina para hacer riquísimas recetas. Sin embargo, ahí no es el único lugar en donde puedes utilizarla y si no tienes idea a lo que nos referimos, te contamos nueve usos de la maicena que quizás no conocías y luego de leer esta información te quedarás totalmente sorprendida.
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Cuando cae comida en tu sillón, haz una pasta con un 1/4 de taza de leche y 4 cucharadas de maicena. Ponla sobre la mancha y déjala actuar toda la noche. Al día siguiente notarás que esa pasta se solidificó, retírala y aspira normalmente. Haz lo mismo con las manchas de tinta.
La maicena es como el clásico talco casero. No sólo por su textura sino porque absorbe los hongos y las bacterias causantes del mal olor.
Simplemente debes poner un poco de maicena en tu calzado por la noche y al día siguiente retirarla (puedes hacerlo con una aspiradora).
Mezcla una taza de vinagre, con una taza de agua, exprime medio limón y dos cucharadas de maicena. ¡Asegúrate de que todo quede bien mezclado y listo! Con ayuda de un pulverizador o un trapo húmedo limpia tus vidrios.
Realiza tu propio spray de almidón mezclando una cucharadita de maicena con ½ litro de agua. Rocíalo sobre tus prendas difíciles de planchar ¡Y listo! Adiós arrugas.
Ideal para pulir objetos de plata. Haz una pasta con 1/4 de taza con agua y cuatro cucharadas de maicena. Con ella frota tus objetos y deja que se seque. Inmediatamente después retira con un trapo húmedo y que quedarás sorprendida con el brillo.
Sólo debes mezclar en una taza con agua una cucharada de maicena, humedece un trapo y pásalo sobre tus muebles, espera unos minutos y luego pasa un trapo seco con movimientos envolventes, al estilo "pulir y encerar" del señor Miyagi.
Haz una pasta mezclando en un bol 2 cucharadas de maicena con medio vaso de agua tibia y tu crema humectante favorita. Aplícala sobre tu rostro por 15 o 20 minutos y luego enjuágate con abundante agua. Puedes realizar esto 2 o 3 veces a la semana.
Elimínalo fácilmente espolvoreando maicena sobre ellos. La maicena absorberá el mal olor y su humedad.
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Si te encuentras con esos nudos difíciles de desatar (caso típico de los cordones de los chicos), rocía un poco de maicena sobre él y verás cómo logras desatarlo luego sin dificultad.
Si no sabes que hacer para eliminar el sarpullido del cuerpo de tu hijo, entonces después de llamarlo échale un poco de maicena esto lo mantendrá fresco y eliminara esos granitos.