Tendría que pasar una década luego de la revolución sexual ocurrida en 1960 para que Betty Dodson, una pintora especializada en arte erótico, comenzara a realizar talleres de masturbación femenina.
Las lecciones de Dodson no iban acompañadas solamente de información sobre el gran poder del clítoris para brindar placer sino que ella mostraba paso a paso cómo masturbarse. Con un espejo en una mano y un vibrador en la otra mano, Betty ha ayudado a varias generaciones de mujeres a aprender a darse placer a sí mismas.
En 1965, Betty Dodson era una pintora que estaba atravesando por el final de su matrimonio. En ese entonces tenía 35 años y vivía presa del duelo propio de un divorcio. Fue en dicho momento decisivo de su vida que decidió investigar sobre el autoconocimiento sexual y es así como llegó a la masturbación.
Cuando se convirtió en una experta dándose placer a sí misma pensó que sería buena idea compartir esos saberes con otras mujeres y es así cómo dejó de lado el mundo del arte y se centró en su labor como educadora sexual especializada en la masturbación femenina.
El objetivo de esta atrevida neoyorkina era enseñarles a otras a darse placer a sí mismas de manera práctica y teórica, para eso convocaba a un grupo de mujeres en su casa y allí, armada de un espejo y un vibrador, iniciaba las clases de masturbación.
Previamente a la práctica masturbatoria propiamente dicha, las participantes aprendían a explorar cada parte de su cuerpo para descubrir de qué manera les gusta estimularse sexualmente. La realización de los talleres grupales implica que las mujeres que forman parte de él comparten su desnudez y se liberan colectivamente del pudor.
Con el paso de las décadas, Dodson se ha convertido en un ícono de la liberación sexual de las mujeres y en una firme defensora de la importancia de la masturbación como fuente de autoconocimiento corporal y autonomía sexual.
A sus 90 años, Betty Dodson continúa realizando sus ya famosos talleres llamados Bodysex, pero además tiene varios libros en su haber entre los que destaca Sexo para uno. El placer del autoerotismo. También ha participado como protagonista en documentales como Masturbación femenina y ha producido videos en los que habla del orgasmo, la vulva y el autoplacer, por supuesto.
Pero sin duda alguna uno de los aportes más conocidos de esta educadora sexual es que ella fue la primera en recomendar a otras mujeres —sobre todos a las que no habían experimentado un orgasmo antes— que usaran el masajeador corporal Magic Wand de la marca Hitachi. Por ese entonces éste era un simple artefacto para dar masajes en todo el cuerpo, especialmente en la espalda, los hombros y los muslos.
Fue así que, poco a poco, el Hitachi Magic Wand pasó a ser conocido más por su funcionalidad como vibrador que por sus dotes como masajeador corporal hasta convertirse en el juguete sexual más popular de todos en el transcurso de las décadas posteriores.
Según la propia Dodson, hasta el día de hoy Hitachi no le ha dado ningún tipo de reconocimiento económico por haber convertido su Magic Wand (Varita Mágica en inglés) en el juguete sexual más famoso de todos los tiempos.
Sandra Campó es escritora y educadora sexual. Autora del libro HOY TENGO GANAS DE MÍ: 7 historias de masturbación femenina y creadora del blog SASÁ. Desde 2015 realiza talleres de educación sexual para mujeres en diversos espacios de Lima. Síguela en FACEBOOK e INSTAGRAM: @elblogdesasa