“Señor mentira, lárguese ya de mi vida, se acabó la confianza que tenía”, canta a todo pulmón Daniela Darcourt contra un mal hombre que la engañó. Todos mienten, nunca lo olvides. Todo el tiempo, a todas horas y en cualquier circunstancia. Ellos creen, erróneamente, más conveniente decir una mentira que enfrentar la realidad como se debe. Si eso te parece malo y penoso, hay algunos tipos que exceden los límites de lo “permitido”.
Su estilo de vida se basa en puras mentiras, a tal punto de ni siquiera poder discernir que es real o producto de su imaginación tras hablas con ellos. Estos sujetos sufren de mitomanía, ya que la mentira es parte de su naturaleza.
Los mitómanos suelen tener un desorden de personalidad mucho más grave de lo que creemos y, lamentablemente, suelen arruinar las relaciones que tienen. Estos “señores mentira” suelen tener trastornos como la sicopatía, el trastorno de personalidad límite, narcicismo, desórdenes de conducta o hiperactividad.
Tu estudia
Te das cuenta que te mira en secreto, te observa y analiza con demasiada atención. Recuerda que su meta es ocultar la verdad y la mejor manera de hacerlo es estudiar a las personas y examinar qué es lo que alguien puede o no puede creer. Los mitómanos descifran los gestos de los demás para tomar ventaja sobre ellos y encontrar sus debilidades.
No se inmuta con sus mentiras
Los mentirosos patológicos no muestran emoción cuando mienten, ni se inmutan, por lo que sus falacias logran ser convincentes. Cualquier mentiroso de turno se sentirá aliviado cuando su interlocutor cambia el tema de conversación, pero un “señor mentira” no. Ellos no sienten nada antes, durante y después de fingir.
No parece un mentiroso
Ante cada mentira vertida, no se mueven con ansiedad sobre sus sitios, no son esquivos, ni mucho menos paranoicos. Son capaces de mirarte a los ojos, pues son relajados y sociables. Date cuenta del contacto visual que hacen contigo. Este llega a ser penetrante, incluso es acompañado de sonrisa o buen humor.
Te manipula
Los mentirosos son más manipuladores que nadie y saben hacerlo excelentemente. Saben qué decir y que hacer para convencerte de cambiar una decisión. Conocen lo que quieres y lo que son, pues te tienen bien estudiada. Son capaces de usar sus instintos más bajos para excitarte y distraerte del meollo del asunto.
Ama la atención
Un “señor mentira” sabe bien que su mentira se puede caer en cualquier momento, pero toman ese riesgo con tal de obtener toda tu atención. No decir la verdad es un refugio para ellos, pues se sienten orgullosos de que los demás conozcan todos sus logros.