Existe una larga lista de comidas o bebidas que prometen aumentar el deseo sexual como las ostras, las fresas o el vino; pero lo cierto es que el mejor afrodisíaco que existe es el sentido del humor.
Nada es más sexy que reír junto a alguien, nada es más divertido que una sonrisa que explota en carcajada, nada es más atractivo que convertirte en cómplice de alguien más al disfrutar de un comentario ingenioso o de un chiste pícaro.
El sentido del humor fortalece los vínculos entre las personas y enriquece las relaciones de pareja convirtiendo la risa en ese medio a través del cual se genera la unión.
Según algunos estudios psicológicos recientes, el sentido del humor no solamente sirve para mantener unidas a las parejas durante más tiempo sino que además es el responsable de uno de los comportamientos humanos más comunes: el deseo sexual.
Pero cuando hablamos de sentido del humor no nos referimos necesariamente a la capacidad de repetir chiste tras chiste con el objetivo de resultar divertida a los ojos de la gente sino más bien a esa habilidad de decir algo gracioso en el momento adecuado y causar risas entre las personas que te rodean.
La atracción que provoca el sentido del humor podría explicarse en base a dos motivos: el primero es que ese comentario divertido genera una conexión entre quien lo dice y quienes lo escuchan, esa complicidad instantánea de quienes comparten una risa. En segundo lugar, el sentido del humor requiere de inteligencia pues hay que saber identificar el momento oportuno para decir el comentario adecuado que hará reír a los demás.
Con respecto a esto último hay que tener en cuenta que si el cerebro es el órgano sexual más poderoso entonces no debería sorprendernos que el sentido del humor sea el afrodisíaco más potente.
La importancia del sentido del humor, puesto de manifiesto en las sonrisas propias del coqueteo inicial o en las risas compartidas en la intimidad de una pareja, acercan a las personas, mantienen viva la relación y la hacen divertida.
Otro dato a tener en cuenta es que de la misma manera que el orgasmo, genera la producción de hormonas como la oxitocina —relacionada al placer sexual—, la risa también libera oxitocina en nuestro cuerpo.
En tiempos actuales en los que se suele dar demasiada importancia al aspecto físico debido a la cosificación e hipersexualización del cuerpo femenino, el sentido del humor debería ser una habilidad a cultivar con más frecuencia. No sólo porque sepamos que genera un atractivo sexual sobre otras personas sino porque vivir la vida riéndonos de nosotras mismas y de las situaciones que atravesamos es la mejor manera de mantenernos radiantes y llenas de vitalidad. Y, ¿acaso hay algo más sexy que una mujer que ríe desinhibidamente?