Aunque no lo creas, las relaciones sexuales y la excitación hacen que baje la presión arterial y mejore nuestro sistema inmunitario. Asimismo, reduce el estrés y siempre nos favorece en nuestra salud mental y física.
Gracias a estudios y artículos de especialistas podemos aclarar algunos mitos sobre lo que le sucede a nuestro cuerpo antes, durante y después de la excitación. Asimismo, nos recuerdan los beneficios de tener relaciones sexuales.
La hormona del amor se libera con el orgasmo. Por esta razón, la oxitocina genera bienestar y es un gran remedio para las dolencias.
Según diversos estudios que se han realizado, la oxitocina tiene mucho beneficios a nivel fisiológicos, tales como: disminuye la tensión arterial y el ritmo cardíaco, reduce la tensión muscular y mejora la cicatrización.
La respuesta es sí. Esto lo hemos visto en muchas películas y en noticias, pero el morir en pleno acto sexual es producto de un infarto.
Sin embargo un estudio British Medical Journal, luego de analizar a aproximadamente un millar de hombres en Dales, revelaba que las relaciones sexuales lograban proteger la salud de las personas que tenían más orgasmo.
Con este estudio se descubrió que con la intimidad se podía reducir considerablemente el riesgo de muerte durante la siguiente década.
Por eso, es que los expertos aconsejan que para garantizar la capacidad cardiovascular, antes debes subir por las escaleras dos pisos y si lo haces sin mayor problema, entonces puedes tener sexo sin tener riesgos.
El ginecólogo William Masters y la sexóloga Virginia Johnson, en 1966, estudiaron que la respuesta sexual humana y descubrieron que esta consta de cinco fases.
1. Deseo: aquí se experimenta pensamientos, emociones y sensaciones que aumentan el libido.
2. Excitación: en esta fase respondemos al deseo e incrementamos el sentimiento de atracción por la otra persona.
Esta es la primera manifestación fisiológicas, ya que cuando se liberan las feromonas, nuestro ritmo cardiaco, respiración y presión sanguínea se aceleran.
3. Meseta: esta es la fase previa al orgasmo. Aquí nuestro ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea están mucho más acelerados. Incluso hay tensión muscular.
4. Orgasmo: es la fase más corta. En esta etapa experimentaremos que el ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea logran llegar a su máxima aceleración. Las contracciones musculares se hacen presentes.
5. Resolución: en esta fase recuperamos progresivamente nuestros niveles normales.