Por: Aspasia Narváez
El yoga es una ciencia y una filosofía que va más allá de la raza, religión y la edad. Ya sea para adultos o para niños, esta disciplina ofrece múltiples beneficios a nivel físico, emocional y mental.
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La vida moderna y sedentaria de la ciudad, hace que los niños pasen mucho tiempo frente a la computadora y que tengan poca actividad física. Así como los adultos los niños pasan por diferentes etapas, diferentes cambios y también por situaciones de stress y ansiedad como la escuela, las tensiones familiares o enfermedades. El yoga ayuda a que los niños encuentren un espacio para conectarse con su cuerpo y poder relajarse disminuyendo estos niveles de stress.
Esta disciplina enseña a los niños que cada cuerpo y cada persona es única, que no hay nadie mejor ni peor. Les enseña a reconocerse como un universo único y a aceptarse tal y como son.
Los niños aprenden a través de la práctica a respetarse a sí mismos y a respetar a todos los seres vivos de este planeta, que no hay separación.
Entender que el cuerpo es un templo y un herramienta para nuestro crecimiento. Enseña a cuidar el cuerpo, llevar una buena alimentación, la capacidad de mantener la calma ante cualquier situación y enfocar la mente.
Se aprende a través de la ejecución de las diferentes asanas o posturas aprendiendo la alineación correcta del cuerpo, y al hacerlo, aprenden a enfocarse en sus cuerpos y cómo funcionan.
Cuando los niños se enfrentan a situaciones difíciles o estresantes suelen reaccionar con llanto o con berrinches. Yoga los ayuda a mantener un estado calmado y de balance.
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Los beneficios del yoga para los niños son múltiples: favorece el correcto crecimiento del cuerpo, flexibiliza los músculos, mejora la coordinación, estimula la concentración, promueve la comunicación y la creatividad, da equilibrio emocional, reduce los niveles de agresividad y otorga autoconfianza y buena autoestima.