El abuso sexual, es cualquier actividad sexual (Coito, tocamientos, exhibicionismo, exposición de menores a pornografía, tener comunicación de tipo sexual, besos, etc.) que con o sin violencia se da entre un adulto y un menor de edad, o entre dos menores, cuando uno ejerce poder sobre el otro.
La seguridad de los niños es tarea de los adultos, principalmente de sus familiares y especialmente de sus padres. Es por eso, que la psicóloga Valeshka Pinedo Armijo, nos brinda algunos consejos para cuidar a nuestros hijos y prevenir estos actos.
La mayoría de las víctimas menores de edad nunca informan del abuso. Es muy probable que conozcan a su abusador, debido a que el mayor riesgo para los niños no proviene de personas desconocidas, sino de sus propios familiares y amigos. Esto nos lo dicen las estadísticas, en cuanto al modo y personas que perpetran estos actos. En muchos casos, los abusadores primero tratan de establecer una relación de confianza con su víctima y los padres de esta.
El abusador a menudo entabla amistad con su víctima, ganándose su confianza, por eso cuando dejes a tu hijo con otra persona, sea adulta o adolescente, asegúrate que no se queden solos por completo y siempre entabla una conversación fluida y natural con tu hijo para que puedas enterarte de lo que sucedió, cuando estaba con esa persona y de las cosas que hablaron, supervisar el uso de Internet de tu hijo, también puede darte información sobre esto.
Cuando inscribas a tu hijo a alguna actividad deportiva o algo similar que implique dejarlo con otra persona a su cargo, busca referencias sobre el comportamiento personal y profesional de esta persona.
El abusador suele manipular, amenazar y avergonzar a su víctima, diciéndole que es solo un “juego”, que ella/él lo permitió, que sus padres lo castigaran al enterarse o que si dice algo, él podría matar a sus padres o hacerles algún daño a ellos o a sus hermanos.
Por estas razones muchos niños no cuentan el abuso cometido contra ellos por eso habla con tus hijos y enséñales sobre su cuerpo, de cómo cuidarlo, defenderlo y de todas estas formas de coacción.
Las señales físicas del abuso sexual pueden manifestarse con sangrado, irritación, inflamación o sarpullido en el área genital, infecciones de las vías urinarias, dolor abdominal crónico, constantes dolores de cabeza o enuresis (Micciones involuntarias, principalmente durante el sueño), síntomas que deben ser tratados e investigados de inmediato para determinar su causa real.
Tu reacción tiene un gran impacto sobre la víctima. En esta situación necesitas todo tu aplomo y serenidad. Si reaccionas con violencia o incredulidad, el menor se encerrará en sí mismo y se sentirá aún más culpable y avergonzado.
Escúchalo, no dudes de su palabra, ofrécele todo tu apoyo y asegúrate de que él, lo entienda así. Agradece al niño su confianza en ti, al contártelo y reconoce su valentía. Anima al niño a que te cuente todo, pero que no profundice demasiado en los detalles, pues solo lograrás revictimizarlo.
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