No todo brilla en la televisión. El famoso encantador de perros, César Millan, atravesó por uno de los momentos más difíciles de su vida, el cual lo llevó a que tome la decisión de suicidarse tomando un frasco de calmantes.
Según relató, la muerte de su perro pitbull producto del cáncer lo llevó a una total depresión, ya que había perdido a su mejor amigo, y aunque hizo hasta lo imposible para mantenerlo vivo, su mascota murió.
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Sin que esta noticia sea suficiente, su esposa le pidió el divorcio, lo cual provocó que sus hijos lo culpen por la separación. Para evitar conflictos y malos tratos decidió ir a vivir a la casa de uno de sus hermanos, espacio donde intentó recuperarse de lo ocurrido.
En su estancia descubrió que su empresa, la cual lleva su nombre, lo estaba mandando a la banca rota. Y aunque su presencia en televisión no se redujo, su dinero si.
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Esta bola de problemas ocasionó que en una de las visitas a sus hijos en la casa de su expareja tome el frasco de calmantes y se los tome de un solo golpe. Esa no era su salida de escape, por lo que la vida le dio una segunda oportunidad al despertar en un psiquiátrico.
Poco a poco se volvió a conectar con los perritos y siguió con su trabajo. Prácticamente empezó desde cero. Adoptó una nueva mascota para poder seguir su misión: "educar perros y entrenar humanos".