Tuvo que aprender a las malas. Algo que caracteriza al actor estadounidense Will Smith es su vínculo indestructible que tiene con sus hijos. Jaden, Willown y Trey son los mejores amigos de la estrella de Hollywood, y aunque todo parece ser un paraíso, hubo un capítulo en la vida familiar que marcó a Will por completo.
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No llegaba a los 15 años y su hija Willow decidió lanzarse como cantante. Sus padres la apoyaron desde el inicio y fue Will quien decidió poner un alto a sus actividades para poder acompañarla en el tour 'Whip My Hair'.
La presión se apoderó de la pequeña, y le pidió a su padre que la deje abandonar la gira de conciertos para poder regresar a casa. El actor, muy molesto, le dijo que no había forma de que regresen. Ella si o si tenía que terminar el tour.
Al día siguiente de esa conversación encontró a Willow Smith sentada en una escalera con la cabeza rapada y pensativa.
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En ese momento, Will se dio cuenta que había presionado al límite a su hija, y que había reaccionado como un soldado, como un mal padre. “Yo era como un soldado que la presionaba sin prestar atención a los sentimientos de mi pequeña niña, una criatura inocente. Allí me colapsé, fue un gran shock y me di cuenta de que el padre que estaba siendo, no era el adecuado ni se reflejaba con mis valores", concluyó el actor.