Probablemente estuviste lavando mal tu toalla, aquí te decimos cada cuanto y con qué hacerlo
¡Atención! No compartas tu toalla porque es personal y evita que proliferen gérmenes en ella siguiendo estas recomendaciones de lavado y uso.
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Luego de la ducha diaria nos secamos con la toalla y lo olvidamos tras su uso, pero lo que la mayoría olvida es que esa prenda es un caldo de cultivo de gérmenes. La humedad, temperatura cálida y pH neutro son condiciones ideales para la proliferación de microorganismos adheridos a la tela.
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Si lo dejas tirando y envuelto por ahí, te olvidas colgarlo o secarlo o lo dejas cerca del inodoro aumentas las probabilidades de proliferación de gérmenes. Según un estudio publicado en la revista Women’s Health en 2015, el lavado de las toallas deben ser continuos para evitar contaminarte.
No hay datos científicos para determinar con exactitud la frecuencia del lavado, pero debemos cambiar sábanas y toallas continuamente. Se recomienda como máximo secarse tres veces con la misma prenda y dejar que se seque completamente entre uso y uso, además, de ser posible podrías lavarlo inmediatamente después de emplearlo.
Puedes emplear vinagre blanco para eliminar el olor a humedad y agua tibia en su lavado para erradicar el máximo de microorganismos adheridos en la toalla. Los detergentes y blanqueadores que contienen oxígeno en su composición también son muy útiles.
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Otra recomendación muy básica, pero que muchos olvidan es no compartir la toalla para evitar el contagio de alguna enfermedad, especialmente el de manos. ¡No esperes a que tenga mal olor para recién lavarla!