Una de las peores cosas que te puede pasar cuando vas a la universidad o al trabajo es que tengas resaca. Por más que intentas todo para que se te pase y no lo logras, es en este punto que te pones a pensar si es mejor faltar o cumplir con tus deberes, pero finalmente vas a cumplir con tu trabajo para evitar el descuento y demostrar que a pesar de todo eres responsable.
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Por esta razón, hoy te presentamos ocho cosas que pasan cuando tienes resaca y vas al trabajo.
Llegas a trabajar como si nada pasara, pero en realidad aún no te das cuenta si ya estás sana o si más bien, sigues borracha. Todo te da risa y hasta ves doble.
Después de unas horas te pones a pensar en todo lo que hiciste la noche anterior, si te va bien, recuerdas algunas partes y si no, ni haces el intento por recordar qué fue lo que pasó. Lo más probable es que el sentimiento de arrepentimiento llegue pronto.
Gracias a la salida de ayer, no dormiste lo suficiente, así que en este momento te sientes con mucho sueño y no puedes dejar de cabecearte sentada en tu escritorio.
Te da una paranoia porque piensas que todos tus compañeros de la oficina se dieron cuenta de que estás con resaca y de que transpiras alcohol. Recibes una llamada de tu jefe y te exaltas porque piensas que te va a regañar por estar casi muerta, pero en realidad lo sabes disimular muy bien y no lo notas.
No sabes que hacer para controlar los malestares de la resaca, así que el dolor de cabeza y hasta las ganas de vomitar te hacen sentir fatal.
Por la tarde todo te empieza a molestar. Todos tienen la culpa de lo que te pasa, menos tu resaca.
En la mañana no tienes nada de hambre, incluso la comida te da asco, pero en la tarde te quieres comer todo lo que se te pone en frente.
Falta menos de una hora para que salgas de trabajar pero a ti se te hace E-TER-NO el tiempo. Lo único que quieres es agarrar tus cosas y salir de la oficina directo a tu cama.
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