Los mitos sobre sexualidad están bastante difundidos en la sociedad. Uno de ellos es el que establece una relación directa entre el tamaño del pene de un varón y la satisfacción sexual que pueda experimentar su compañera durante el coito.
En ese contexto, un usuario de Facebook identificado como Jorge Checya aseguró que la longitud del miembro viril no importaba y que “la vagina solo tenía sensibilidad en los primeros 5 a 7 centímetros”.
Pudimos constatar que se trataba de un obstetra (COP: 25924). Al ser consultado sobre la fuente de la información que brindó, Checya comentó había obtenido el dato del libro Tratado de Anatomía Humana, de Testut, cuya primera publicación data de 1887. Resolvimos contactarnos con dos ginecólogos para absolver la interrogante.
El ginecólogo Víctor Figueroa de la clínica Miraflores comentó a La República que no existía una investigación conocida sobre el tema específico, pero sí consenso. “No hay todavía artículos que demuestren eso, pero se considera que hay mayor sensibilidad en la región del introito (donde está el clítoris) y en el tercio externo de la vagina, digamos en los tres primeros centímetros de la entrada de la vagina”. La razón, según el profesional de la salud, es que que esa zona es la que tiene mayor cantidad de filetes nerviosos (nervios muy delgados).
Por su parte, el ginecólogo José Farfán Bravo siguió en la misma línea. “En relación a la sensibilidad, es válido en el sentido de que hay receptores sensoriales, de presión y también de temperatura, que pueden actuar, en mayor número, alrededor de estos centímetros iniciales de la vagina”, explicó.
La vagina es un órgano muscular elástico en forma de conducto que va desde los genitales externos, área conocida como vulva, hasta el cuello del útero. Su largo promedio es de 9 cm según el estudio ‘La longitud vaginal: análisis multivariante’ (2009), realizado en España. De acuerdo a Figueroa Zegarra, es de 7 cm. “Lógicamente, durante el acto sexual suele elongarse un poco más. Puede llegar hasta los 15 centímetros”, comentó.
Entonces, es cierto que la mayor sensibilidad de la vagina está ubicada cerca a la entrada, dentro de los primeros centímetros de su longitud, debido a que tiene mayor cantidad de receptores sensibles.
Por otro lado, la vagina se dilata durante el acto sexual. Si el órgano femenino no está estimulado adecuadamente, su forma se asemejará a la de un tubo. Conforme la excitación se desarrolla, la zona más cercana a la vulva se contrae y el área que rodea el cuello uterino se expande. Durante el orgasmo, la vagina experimenta contracciones, mientras que en el cuello uterino “hay una especie de succión” para ayudar el ingreso de los espermatozoides, según el ginecólogo Figueroa. En la ‘resolución’ o la última fase de la respuesta sexual femenina, el órgano procede a regresar a su estado de reposo.
De esta manera, cuando una mujer no está lo suficientemente excitada durante la relación sexual y aún así se produce la penetración, puede sufrir una lesión en el cuello del útero (ubicado al final del cuello vaginal) o, propiamente, en la vagina.
Ambos ginecólogos coincidieron en relacionar la satisfacción de la relación coital al plano del pensamiento antes que al puramente genital. “El órgano sexual por excelencia es el cerebro”, concluyó Farfán Bravo.
Con información de: La República.