Si alguna vez, alguien se te vino a la mente mientras tenías intimidad sexual con tu pareja, de seguro que la culpa se ha manifestado en tu persona y te has cuestionado la ética de esta situación. Sin embargo, te contamos que esta situación puede ser un tanto recurrente en muchas personas y según la psicología, es normal, dentro de algunos límites.
" ¿Se trata de una simple fantasía? ¿Ya no queremos a nuestra pareja?¿deberíamos decírselo?" , son algunas de las preguntas que tal vez te has hecho, pero es necesario tener en cuenta que esto, bajo ningún concepto, es una infidelidad. El subconsciente puede jugarnos malas pasadas, pero eso no significa que no ames a tu pareja o que no disfrutes teniendo sexo con ella.
De hecho, no. Es una parafilia conocida como alorgasmia. A pesar de que para muchos representa un problema, no es una alteración del pensamiento ni nada similar. Si se utiliza en buenos términos, la alorgasmia es como una caja de herramientas para elevar el placer sexual.
La alorgasmia es una fantasía sexual y se da cuando una persona que está manteniendo relaciones sexuales, piensa en una tercera persona al momento del encuentro, lo que le provoca mayor placer y, muchas veces, contribuye a alcanzar el clímax. Además, el término de alorgasmia también se aplicaría a aquellas ocasiones de autoerotismo en que se piensa en un otro.
Al respecto, Carolina Schwengel, experta en sexualidad y académica de la Universidad Autónoma, explica que la alorgasmia puede ser usada libremente y que ayuda mucho a “ponerse a tono” al inicio de la relación sexual.
"La alorgasmia es beneficiosa siempre que no se patologice su uso al hacerlo constante y que ésta sea la única forma de poder sentir satisfacción, ya que podría volcarse a una lejanía con la pareja, no sólo sexual sino que también en el ámbito emocional y amoroso", sustenta.
Incluso cuando la situación se considera normal y sana, es primordial reconocer si existe un problema de pareja y en qué momento indica algo más profundo.
¿Qué separa la fantasía de la traición? La respuesta para esto está en cada uno. Una cosa es fantasear ocasionalmente con alguien y otra muy distinta es tener una fantasía recurrente con una expareja o alguien cercano.
Pensar en otra persona mientras practicas sexo con la que haya existido un vínculo sentimental previo es preocupante. En estos casos lo más apropiado sería acudir a un terapeuta para saber cómo superarlo antes de que afecte a la relación.