El sexo es una actividad muy placentera e importante en la vida de muchas personas, sin embargo, también es una actividad a la que algunas personas le temen de manera excesiva. A este temor irracional se le conoce como "la genofobia". Sí, también existe la fobia al sexo. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre este tema.
Según la psicóloga Ana García, en su portal web "psicología online", "el desarrollo de esta fobia (que la desarrollan tanto hombres como mujeres) depende más de las experiencias subjetivas de cada persona que de otros factores, como casi todo en el área de la sexualidad humana".
Asimismo, la experta hace la advertencia de que, "esta fobia no impide o dificulta el sentir deseo o atracción hacia alguien". Sin embargo, sí obstruye la calidad de la vida sexual de estas personas.
LEE MÁS:
¿Es cierto que tener relaciones sexuales antes de practicar un deporte afecta mi rendimiento?
Todas las fobias comparten algunos síntomas. Los síntomas de la genofobia o miedo al coito son los mismos que se presentan en otras fobias ante objetos o circunstancias específicas. Entre los síntomas más habituales son:
Sudoración excesiva
Sensación de hormigueo en algunas partes del cuerpo (manos, cara…)
Sensación de ahogamiento/estar atragantado/a
Sensación de asfixia
Palpitaciones
Sequedad en la boca
Miedo
Crisis de pánico
Cabe señalar que, estos síntomas podrían aparecer no solo en el preciso momento de la penetración, sino ante situaciones que involucren, desde cualquier ángulo, la experiencia coital. Es decir, desde una conversación acerca del acto sexual, hasta caricias eróticas y acciones de connotación sexual, puesto que lo esperado es que todo este tipo de circunstancias deriven en coito.
Como todo problema psicosocial, es necesario acudir a un especialista para que determine el tratamiento ideal para la persona. Te dejamos algunas recomendaciones adicionales, detalladas por la psicóloga, que ayudarán al paciente.
Relajación muscular progresiva: esta consiste en cerrar los ojos, hacer respiraciones profundas y pausadas a la vez que se toma consciencia del propio cuerpo, del momento presente mientras se van haciendo ejercicios de contracción y relajación de determinados grupos musculares.
TE PUEDE INTERESAR:
¿Es cierto que los fluidos masculinos eliminan las arrugas y el acné del rostro?
Ejercicios de respiración: hay una gama de técnicas de respiración y relajación de la que puedes elegir la que más se acople a ti, en esencia, estas técnicas sirven para ayudarte a concentrarte en el aquí y el ahora por medio de la respiración consciente que conduzca a la relajación. Es una de las mejores herramientas ante la ansiedad. Al final del artículo, encontrarás un vídeo de relajación guiada.
Parada del pensamiento: está técnica es sencilla y busca el reconocimiento de los pensamientos automáticos típicos en las fobias, ya que suelen ser negativos. Se trata de dar una palmada fuerte cada vez que identifiques uno de esos pensamientos para así frenarlos y estudiarlos, ya que estos pensamientos suelen ser, además de automáticos, catastróficos, y al evaluarlos calmadamente, lo notarás.
Ejercicios de exposición: estos tienen como objetivo enfrentar el objeto causante de la fobia, ya sea de forma gradual o instantánea, por medio de herramientas cognitivas o uso del estímulo real. En el caso de la genofobia o miedo al coito, la exposición gradual parece dar resultados óptimos. El ejercicio puede comenzar exponiendo se a estímulos generadores de ansiedad, como hablar sobre sexualidad o coquetear, e ir aumentando los niveles de forma progresiva, de acuerdo a la reacción y del individuo, hasta lograr llegar al coito. Esto toma tiempo, requiere del apoyo y comprensión de la pareja, además del compromiso con el proceso.