Esta es una de las preguntas más comunes que me hacen las mujeres. Lamentablemente, son muchas las que no pueden tener orgasmos. O, mejor dicho, las que aún no han descubierto cómo tenerlos.
Las mujeres estamos diseñadas para sentir orgasmos debido a que somos las afortunadas dueñas de un órgano que sólo sirve para darnos placer: el clítoris. Además, tenemos varias zonas erógenas en nuestro cuerpo que nos permiten experimentar el placer como: las orejas, el cuello y los pezones.
Entonces, ¿por qué no puedes tener un orgasmo? Para explicártelo, voy a utilizar una metáfora: imagina que estás iniciando un viaje por tierra. Te subes al bus, te acomodas en tu asiento y, desde ese momento, en lo único que piensas es en el lugar hacia donde te diriges.
No abres la ventana para admirar el paisaje que recorre el bus a lo largo del camino. No abres la ventana para sentir el viento sobre tu rostro o cómo revolotea tu pelo. Tú lo único que quieres es llegar a tu destino. Pero, mientras más piensas en eso, pareciera que el viaje tardara más y que nunca fueses a llegar a ningún lado.
Lo mismo ocurre cuando vas a un encuentro sexual pensando en que el objetivo es el orgasmo. Porque mientras más piensas en que quieres llegar al orgasmo, es menos probable que eso suceda.
En todo encuentro sexual lo importante es que te relajes, que disfrutes de cada instante sin importar si el orgasmo llega o no. Porque el orgasmo no es un destino, el orgasmo es un viaje.
Usualmente tener en mente el orgasmo como objetivo de todo encuentro sexual contigo misma (masturbación) o con otra persona provoca bloqueos mentales que te impiden disfrutar plenamente del sexo.
Recuerda que el cerebro es, junto con el clítoris, uno de los órganos sexuales más poderosos que existen. Mientras tu mente esté libre de presiones y preocupaciones podrás excitarte con mayor facilidad y rapidez. La relajación es un requisito esencial para el placer femenino.
Un consejo que puede ayudarte a combatir los bloqueos mentales es practicar algunos ejercicios de relajación antes de un encuentro sexual. Por ejemplo: échate boca arriba en tu cama, cierra los ojos y respira lento y profundo inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Puedes repetir este ejercicio cuantas veces sea necesario para ti.
Estas respiraciones lentas y profundas te ayudarán a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el encuentro sexual. Otra opción es dedicar algunos minutos a la meditación o a ejercicios de estiramiento que también pueden contribuir a relajarte por completo.
Si durante el encuentro sexual a solas o en compañía vuelves a sentirte tensa o apresurada por llegar al orgasmo, repite los ejercicios de respiración hasta que vuelvas a encontrar la calma. Puedes pedirle a tu pareja sexual que los haga contigo y te acompañe en tu proceso de relajación.
Si quieres conocer más técnicas para acabar con los bloqueos mentales y disfrutar de todo el placer que te mereces, te invito a visitar mi consultorio sexual 😉
Sandra Campó es escritora y educadora sexual experta en placer femenino. Autora del libro Hoy tengo ganas de mí: 7 historias de masturbación femenina y creadora de Sasá: sexperta en placer. Síguela en Facebook e Instagram: @sexpertaenplacer