Por un lado, se conoce como fobia a aquel rechazo, miedo o pánico ante una determinada situación. Existen múltiples fobias, sin embargo, en esta ocasión abordaremos la “filofobia”, que trata sobre el miedo a enamorarse, tener pareja o consolidar un compromiso.
Las personas que padecen de filofobia pueden generar un fuerte rechazo a la posibilidad de crear vínculos emocionales con otras personas, de modo que, siempre se mantengan alejados de ellos o ellas.
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Esto puede desencadenar un problema fuerte de ansiedad y depresión ante la idea de tener una relación estable y consolidada. También es probable que esto termine en un aislamiento social total.
Sin embargo, esto no termina aquí, la situación puede desencadenar un alto nivel de estrés físico y emocional. Los filofóbicos prefieren estar solos y disfrutar de su libertad.
Su temor a no cumplir las expectativas del otro o que su pareja no cumpla las de él o ella es mucho más fuerte. Básicamente, las ideas negativas abundan de tal forma que limita mucho a la persona a dar ese gran paso emocional.
Su origen puede surgir a partir de un dolor muy fuerte del pasado, una herida que no cerró y que en el presente ha dejado este temor. Cuando la superación de una relación no se da en su debido tiempo, en el futuro pueden aparecer nuevos problemas.
Nadie quiere repetir el error ni volver a pasar por ese dolor. Los traumas de la infancia, ejemplos que vieron a su alrededor también pueden jugar en contra. La baja autoestima también es otro factor importante y, por último, el miedo al fracaso es capaz de generar miedos como la filofobia.