Tras entablar una relación de pareja todo es nuevo, bello y hermoso. Pero a medida que avanzamos y creamos la tan necesaria confianza, puede ser que sucumbamos a la monotonía al ser muy predecibles en la relación.
Esa monotonía es perjudicial si comienza a afectar tus relaciones sexuales con tu novio, pues se trata de un momento donde nos mostramos vulnerables el uno con el otro. La pareja, si en verdad te ama y te estima, notará que algo entre ambos se está apagando.
De caer en el temido circulo vicioso de la monotonía, la pareja debe ponerle un stop para caer en la cuenta de su problema. Solo así podrán mantener un propósito de sorprenderse con algo diferente en busca de nuevas experiencias.
El sexo será aburrido se lo programan con hora y fecha. No es una cita de tu médico o de negocios, así que aprovechen cada momento, hasta donde nunca pensaban tener intimidad, para dar rienda suelta a sus bajos instintos.
Obviamente no deben conversar sobre la monotonía en pleno acto sexual, sino que se deben dar la oportunidad de conversar sobre como lo predecible los está arruinando de a pocos. Solo el dialogo y escuchar lo que cada uno desea los podrá sacar de ese abismo.
Dejen de hacer lo mismo, porque nunca disfrutarán de su intimidad sí solo hacen la pose del “misionero” mañana, tarde y noche. Prueben poses sexuales nuevas, que enciendan tu libido de tan solo visualizarlas.
Cuando estén en medio del encuentro sexual, nunca está de más consultarle a tu pareja si le gusta como lo tocas. Así podrán llegar al punto máximo de cada uno y el otro se sentirá en la libertad de demandar y disfrutar. Sí no tiene la costumbre de preguntar qué tal lo está haciendo, edúcalo.
Tras el sexo, a nadie le gusta sentirse usado. Usen ese tiempo luego del acto sexual para darse mimos, caricias y abrazo, pues así reforzarán el vínculo emocional de una forma profunda.