La italiana Laura Mesi, la norteamericana Sasha Cagen, la china Chen Wei-yih de Taipei y la española May Serrano son algunas de las mujeres que han hecho noticia al casarse consigo mismas.
Esta nueva tendencia llamada sologamia, que poco a poco se expande por varios países del mundo, consiste en realizar una boda —con vestido blanco incluido— pero sin la presencia de ningún novio, pues de lo que se trata es de un matrimonio en solitario.
Cansadas de esperar al hombre indicado con quien compartir sus vidas o simplemente entusiasmadas por celebrar el amor propio que sienten, estas mujeres deciden caminar hacia el altar para decir fuerte y claro Sí, me acepto.
A pesar de los cambios culturales impulsados por el feminismo durante las últimas décadas —como un mayor acceso a la educación, el uso de métodos anticonceptivos y la posibilidad de independencia económica— el matrimonio sigue siendo una de las instituciones sociales más vigentes en la actualidad y por ello son muchas las mujeres que todavía sueñan con tener pareja, casarse y convertirse en madres.
Frente a este destino femenino de esposa y futura madre, las que optan por la sologamia prefieren olvidarse del mito de la media naranja y concentrarse en nutrir su amor propio, por lo tanto casarse consigo mismas es un acto simbólico de su buena autoestima, ellas festejan el haber aprendido a aceptarse tal como son.
La escritora y activista feminista May Serrano dio un paso más allá y no sólo se casó consigo misma en 2011 sino que siete años después escribió un libro al respecto titulado Me caso conmigo misma. Recetario para quererse siempre. En sus páginas, Serrano presenta una propuesta personal y realista gracias a la cual aprenderás a dedicar tiempo y espacio a conocerte, aceptarte y quererte a ti misma.
Aunque mayormente las noticias de mujeres que se casan consigo mismas suelen ser recibidas con entusiasmo debido al trasfondo de amor propio que representan, quienes eligen la sologamia también reciben críticas burlonas que ven en este acto simbólico una manifestación patética de lo solas que se sienten estas mujeres como para realizar una boda sin tener pareja.
Si bien es cierto que la sologamia puede ser vista como una especie de rebelión contra el matrimonio, también puede ser interpretada como una práctica que no se sale de los lineamientos de una institución patriarcal como lo es precisamente el matrimonio.
¿Por qué necesitaríamos casarnos con nosotras mismas? ¿Por qué mejor no ideamos otro ritual diferente al matrimonio que nos permita demostrar nuestra buena autoestima? ¿Es posible celebrar nuestra soltería sin replicar un modelo patriarcal? Son preguntas que tal vez tengan una respuesta pronto cuando surja una nueva tendencia femenina más disruptiva aún que la ya de por sí rebelde sologamia.
Sandra Campó es escritora y educadora sexual. Autora del libro HOY TENGO GANAS DE MÍ: 7 historias de masturbación femenina y creadora del blog SASÁ. Desde 2015 realiza talleres de educación sexual para mujeres en diversos espacios de Lima. Síguela en FACEBOOK e INSTAGRAM: @elblogdesasa