La tensión sexual que existe entre ti y otra persona no debería ser reprimida, pues un estudio afirma que en realidad es nuestro cuerpo que trata de encontrar la pareja sexual perfecta para nosotros.
Según una investigación de la Universidad Técnica de Dresde, publicada en la revista Nature, la atracción sexual que sentimos por otra persona no tiene nada de pasional ni romántico, más bien se trata de una cuestión científica mucho más fría de lo que esperabas.
El responsable de experimentar una pasión desenfrenada por alguien más son los antígenos leucocitarios humanos (HLA), sustancias que surgen de la formación de anticuerpos y están relacionadas con la respuesta inmune ante cuerpos extraños.
Entonces, aquellos de que “los polos opuestos se atraen” podría ser una realidad. El estudio concluye que las parejas sexuales que buscamos tienen antígenos leucocitarios humanos muy distintos a los nuestros.
También conocido como complejo mayor de histocompatibilidad (MHC), podemos apreciar cómo funcionan estas sustancias el reino animal, donde peces, aves o mamíferos prefieren juntarse con compañeros con códigos MHC genéticos diferente al suyo, algo que se determinan a través de señales olfativas y que aumentan las posibilidades de una mayor resistencia ante patógenos en la descendencia.
El olor adecuado puede generar una atracción sexual inmediata. Ese es el motivo por el cual hombres y mujeres buscan perfumes que destaquen su olor corporal de manera más deseable.
De hecho, varias investigaciones recientes demuestran que la atracción olfativa podría ser clave a la hora de elegir un compañero con una gran disimilitud del antígeno leucocitario humano.