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11 Nov 2019 | 13:45 h

7 parejas cuentan cómo salvaron su vida sexual después de varios años de relación

Estas parejas españolasdieron testimonio de cómo salvaron su vida sexual y reavivaron la llama del amor con sus grandes amores.

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    La monotonía siempre termina desgastando una relación. Sin embargo, si las parejas lo desean, se puede hacer algo al respecto. Es el caso de 7 parejas que dieron testimonio de cómo salvaron su vida sexual y reavivaron la llama del amor con sus grandes amores.

    "Mantener viva la llama en una relación de pareja larga es posible, pero hay que trabajarla. Para no dejarse llevar por la monotonía es fundamental ver la vida con ojos eróticos, erotizar acciones cotidianas y dejar que el deseo fluya", señala la sexóloga Ruth González Ousset para el diario El País.

    "Lo primero que hay que hacer es salirse de los conceptos tradicionales del sexo. Mantener una relación abierta o recurrir al intercambio de parejas es un buen método para sanear las relaciones sexuales, pero no el único. A veces es suficiente con cosas sencillas, como hablar abiertamente de las fantasías más íntimas con la pareja, consumir pornografía juntos o introducir juguetería erótica", explica la profesional, quien destaca que cada vez es más común que las parejas de larga duración acudan a terapia para reanimar su vida sexual.

    La especialista aclara que la monogamia no siempre es el único modelo de relación que existe.

    Aquí te dejamos los testimonios de 7 parejas, los cuales fueron publicados en el diario El país.

    - "Los dos nos queremos con locura y nos respetamos mucho, pero aceptamos que puede existir el sexo mas allá del amor", Laura (34 años, filóloga, un hijo).

    "Mi marido y yo tenemos una relación abierta. Cuando empezamos a salir, cada uno vivíamos en lugares diferentes y viajábamos mucho, así que nos veíamos con otras personas. Cuando nos casamos y empezamos a vivir juntos, decidimos seguir con este modelo de relación. Los dos nos queremos con locura y nos respetamos mucho, pero aceptamos que puede existir el sexo más allá del amor, y de alguna manera nos ayuda a reafirmarnos en nuestra relación. Tenemos un pacto y nunca nos contamos cuándo o con quién nos acostamos. Una vez le pillé en nuestra cama con otra mujer, así que hemos prohibido llevarnos los amantes a casa (aunque a mí nunca se me ha ocurrido).

    En mi caso, aunque me he acostado con otros hombres, todavía no he conocido a nadie que me haya hecho plantearme dejarle, y el tener sexo con otras personas mantiene nuestra vida sexual en constante evolución. El reto más duro ha sido el nacimiento de nuestra hija, ya que ahora sentimos que hay una persona que depende de nosotros, y no sabemos cómo se lo tomará el día que sea suficientemente adulta para entenderlo".

    - "Una vez al mes salimos a cenar como si no nos conociéramos nada", Carmen (43 años, sin trabajo en este momento, tres hijos).

    "Con tres hijos pequeños la verdad es que a veces es complicado tener algo de intimidad. Pero una vez al mes solemos salir a cenar como si no nos conociésemos de nada. Es una cita a ciegas en toda regla. Después de la cena vienen las copas, salimos a bailar y luego nos vamos a pasar la noche a un hotel... A la mañana siguiente volvemos a casa con una sonrisa".

    - "Ninguno creía en la monogamia impuesta y optamos por llevar una relación abierta con una serie de normas que se han ido puliendo con los años", José (37 años, estilista).

    "Llevo casi cinco años con mi novio y desde el principio hemos tenido una relación abierta. Ninguno creía en la monogamia impuesta y convinimos tener una relación abierta con una serie de normas que se han ido puliendo con los años. Al principio solo era no mentir y evitar tener encuentros con gente cercana y conocida por los dos. Pero con el tiempo en este tipo de relaciones surgen celos que no tienen por qué venir de acostarse con otra persona. Es más en el terreno emocional, y es necesario que las normas evolucionen y que no se rompan nunca porque la confianza es lo más importante. Sin confianza es imposible que funcione nada.

    Mantener este tipo de relación nos ha ayudado porque el vínculo que hemos creado es mucho más intenso. Cuando estamos juntos sabemos que es porque es con quien más nos apetece estar en ese momento y no porque nos obliga ninguna convención social. Eso es un aniquilador de la rutina tremendo y te hace sentir mucho más valorado y pleno".

    - "Ver vídeos porno juntos nos ayudó a reavivar la llama después de unos años en los que casi habíamos abandonado el sexo", Alfredo (48 años, profesor, dos hijos).

    "Mi mujer y yo llevamos 18 años juntos. Cuando empezamos la relación era muy pasional, pero con el paso de los años nos relajamos. Antes de tener hijos, esta relajación era agradable y no nos suponía un problema. Teníamos menos sexo, pero era muy satisfactorio. Sin embargo, llegó un momento en que nuestra vida sexual se volvió rutinaria y terminó pareciendo casi una obligación.

    Decidimos ir a terapia y allí nos propusieron consumir pornografía en pareja para aumentar la libido. Empezamos a ver vídeos eróticos con regularidad, siempre juntos, y esto nos ayudó a reavivar la llama. La calidad de nuestros encuentros sexuales mejoró enseguida. Desde entonces mantenemos esta rutina y nos reservamos un rato todas las semanas para nuestro momento porno".

    - "Mi mujer me dijo que aún éramos muy jóvenes para renunciar a una vida sexual plena. Teníamos que hacer algo, así que decidimos empezar a grabar en vídeo nuestros encuentros", Luis (50 años, empresario, un hijo).

    "Levo 14 años con la misma pareja. A partir de los cinco años de relación empezó el declive de nuestros encuentros sexuales. Al principio pensaba que era ley de vida, algo normal que le acaba ocurriendo a todas las parejas que llevan mucho tiempo saliendo. Asumí que no había nada que hacer y no me planteé pedir ayuda ni hablarlo con nadie. Fue mi mujer la que un día me dijo que no podíamos seguir así, que éramos muy jóvenes para renunciar a una vida sexual plena.

    Así que, además de ir a tiendas de juguetería erótica y hablar abiertamente de qué cosas nuevas nos gustaría probar, decidimos empezar a grabar en vídeo nuestros encuentros sexuales. Vernos como si fuésemos actores porno nos excitaba mucho y nos animó a innovar y a dejarnos llevar. Desde que lo hacemos, el sexo ha mejorado notablemente y ha pasado de ser algo monótono a convertirse en una aventura. Nunca pensé que algo tan sencillo podría ser tan beneficioso. No solo tenemos mejor sexo, sino que siento que como pareja somos aún más fuertes de lo que lo éramos antes".

    - "Tener sexo sabiendo que ya no éramos pareja intensificó la calidad de nuestras relaciones. Nos excitaba compartir esos momentos íntimos sin debernos ninguna lealtad", Rebeca (34 años, odontóloga).

    "Empecé a salir con mi expareja con 21 años y estuvimos 10 años juntos. Nos queríamos y nos compenetrábamos muy bien, pero hace tres años decidimos dejarlo porque a los dos nos agobiaba no volver a estar con otras personas siendo tan jóvenes. Al principio lo pasamos muy mal. Fue traumático porque estábamos bien y nos gustaba pasar tiempo juntos. Seguía habiendo sentimientos y mucha atracción entre nosotros, así que durante mucho tiempo continuamos teniendo relaciones sexuales.

    Siempre nos había ido bien en el terreno sexual, pero acostarnos sabiendo que ya no éramos pareja intensificó la calidad de nuestras relaciones. Nos excitaba compartir esos momentos íntimos sin debernos ninguna lealtad. Ser conscientes de que cada uno llevábamos una vida independiente y manteníamos relaciones con otras personas aumentó nuestro deseo.

    Durante casi dos años tuvimos sexo con más frecuencia y más calidad del que habíamos tenido en 10 años de relación. Actualmente, cada uno tenemos nuestra pareja y, aunque seguimos viéndonos como amigos, ya no mantenemos relaciones".

    - "Hacer escapadas sin móviles, sin televisón, sin ordenador, sin redes sociales...", Lorenzo (41 años, diseñador gráfico).

    "Desde hace nueve años mantengo una relación monógama con mi novio. Como suele ocurrir, al principio la pasión estaba disparada, pero a partir del cuarto año nos dimos cuenta de que habíamos descuidado nuestra vida sexual. No tanto la frecuencia, sino la calidad. Terminamos tomándonoslo como una tarea más que tachar de la lista. Fue entonces cuando hicimos un par de escapadas rurales donde no teníamos cobertura. Esto nos obligaba a desconectar del mundo exterior, de las responsabilidades del día a día y, sobre todo, de nuestros móviles, de las redes sociales... a los que ambos estamos realmente enganchados.

    Funcionó y nos dimos cuenta de que sin interferencias ajenas el sexo era mejor. Le echábamos más imaginación, le dedicábamos tiempo y lo disfrutábamos de verdad, que a fin de cuentas es el verdadero fin. Desde entonces tratamos de hacer una escapada de fin de semana cada mes o mes y medio y aprovechamos los puentes que hay para irnos cuatro o cinco días fuera de casa y dedicarnos tiempo como pareja. La norma es que no haya móviles ni televisión ni ordenador".