Los orgasmos son el paraíso prometido del placer sexual, el punto más álgido del goce que una puede experimentar durante un encuentro sexual o una experiencia masturbatoria.
Lamentablemente las puertas de este paraíso le han sido cerradas a muchas mujeres que no tienen ni la más mínima idea de lo que es un orgasmo o que viven con una duda constante acerca de si lo han sentido alguna vez.
Por regla general si no sabes si has tenido un orgasmo es porque no lo has tenido. Y si es así resulta necesario que conozcas cómo el orgasmo se manifiesta en tu cuerpo para que puedas identificarlo cuando estés experimentando uno.
Reconocer un orgasmo es más fácil de lo que parece, ya que cuando alcanzas la cumbre del placer sexual existen una serie de síntomas que alteran el funcionamiento de diversos órganos del cuerpo como los pulmones, el corazón y el útero.
El orgasmo es el momento de máxima excitación sexual que podemos experimentar, se caracteriza por un placer intenso que va seguido de una sensación de profunda relajación.
Para reconocer un orgasmo tenemos que estar alertas a los síntomas que presenta:
- El corazón late con más fuerza y rapidez porque se produce un aumento de la frecuencia cardiaca.
- La respiración se intensifica de tal manera que comenzamos a sentir agitación.
- El útero se contrae de forma continua y con el paso de los segundos las contracciones se van haciendo más frecuentes, intensas y duraderas.
- La vulva se humedece y se engrosa mientras que el clítoris crece y se endurece.
Otra manera de identificar el orgasmo es conociendo cada una de las fases que lo componen:
1. EXCITACIÓN: La piel comienza a enrojecerse, los pezones se erectan y los senos aumentan de tamaño.
El clítoris crece y los labios vaginales mayores (externos) se abren mientras que los labios vaginales menores (internos) crecen.
La vulva comienza a lubricar y puede sentirse relajación muscular en todo el cuerpo.
2. MESETA: Aparece el rubor en la cara, el cuello y los hombros, los senos aumentan más su tamaño, los labios vaginales internos crecen el doble o el triple de su tamaño normal.
La vagina se expande debido a que las paredes vaginales se llenan de sangre mientras que los músculos de los muslos y las nalgas se tensan.
El ritmo cardiaco se acelera y la presión sanguínea aumenta, lo cual produce que la respiración se torne agitada.
3. ORGASMO: El rubor en cara, cuello y hombros se intensifica, en los senos se experimenta un ligero temblor, la vagina se contrae al igual que el esfínter anal.
Ocurren contracciones musculares involuntarias placenteras en vagina, útero y recto.
En esta fase también puede producirse hiperventilación y taquicardia. Es la fase más corta porque dura apenas unos segundos.
4. RESOLUCIÓN: El rubor desaparece, los senos se encuentran sensibles al principio pero luego retornan a su tamaño normal en aproximadamente 30 minutos.
El clítoris está sensible al tacto, y poco a poco comienza a recuperar su tamaño normal, lo mismo ocurre con la vagina y con el resto del cuerpo, que regresa a su estado de reposo.
Por último, otra forma sencilla de identificar un orgasmo es si sientes que durante el acto sexual todo tu cuerpo, sobre todo de la cintura para abajo, se contrae y luego se suelta.
Si esto ocurre es porque efectivamente has atravesado por todas las etapas del orgasmo hasta alcanzar el clímax y la posterior resolución. Si no has experimentado esta última fase de relajación y reposo es porque lo más probable es que no hayas alcanzado el orgasmo.
Aunque nos hagan creer lo contrario, las mujeres no necesitamos depender de otras personas para tener orgasmos. Recuerda que somos las afortunadas dueñas de un órgano sexual que sólo sirve para darnos placer: el clítoris.
Por ello lo más recomendable para llegar al máximo placer sexual es que te masturbes, pues al explorar tu cuerpo podrás descubrir qué es lo que te gusta y lo que no y de qué manera deseas ser estimulada.
Este autoconocimiento corporal podrás te será de mucha ayuda también en tus encuentros sexuales con otra persona.
La masturbación femenina es un tema del cual se habla muy poco, pero ten por seguro que es la mejor opción si es que quieres disfrutar de un orgasmo o de dos o de tres.
El orgasmo femenino está rodeado de mitos basados en la ignorancia sobre cómo una mujer lo obtiene. Nos han hecho creer que la vagina es el centro del placer sexual (es el clítoris), que todo orgasmo ocurre sólo cuando se realiza penetración vaginal (esa es la forma menos eficaz para alcanzar un orgasmo), que existen muchos tipos de orgasmo como el vaginal, el anal, el punto G (todo orgasmo es clitoriano) y que es más fácil tener un orgasmo cuando estás teniendo relaciones sexuales con otra persona que cuando te masturbas (la masturbación es la vía más efectiva y rápida para obtener un orgasmo).
Como si esto no fuese suficiente a falta de una educación sexual en casa y en el colegio, la pornografía se ha convertido en la guía de cómo es el sexo y de cómo las mujeres obtenemos placer.
Pero lo cierto es que las películas pornográficas promueven una serie de ideas equivocadas sobre la sexualidad de hombres y mujeres y nos ofrecen una imagen falsa del placer sexual femenino.
La fantasía sexual masculina representada en la pornografía es sexista y violenta hacia las mujeres, las presenta como objetos a disposición de los hombres y su placer está subordinado a los deseos de ellos.
Por eso es importante que tengamos acceso a información confiable que nos permita conocer nuestro cuerpo, dejar en libertad nuestro deseo y explorar nuestra sexualidad sin miedo para ir en busca del placer y del orgasmo que tanto ansiamos.
Sandra Campó es escritora y educadora sexual. Autora del libro HOY TENGO GANAS DE MÍ: 7 historias de masturbación femenina y creadora del blog SASÁ. Desde 2015 realiza talleres de educación sexual para mujeres en diversos espacios de Lima. Síguela en FACEBOOK e INSTAGRAM: @elblogdesasa