La semana pasada, la actriz Vanessa Terkes denunció a su aún esposo, el alcalde de La Victoria George Forsyth por violencia familiar al 17 Juzgado de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima.
Esto ha hecho en diversos lugares se toque el tema de la violencia psicológica, la cual es una práctica difícil de reconocer en una relación.
Carmen Gonzáles, directora de la Clínica de las Emociones, a través de una entrevista en Andina Canal Online, aseguró que la violencia psicológica es frecuente de lo que pensamos. También mencionó que la mayoría de veces se cree que es normal y por eso no cuadran a su pareja “en one”.
Asimismo, la psicoterapeuta aseguró que las mujeres deben de autoanalizarse, así pueden reconocer el maltrato desde el inicio.
“En una obligación autoanalizarse para saber por qué se acepta situaciones ofensivas, de falta de respeto o palabras crueles. El mayor cambio tiene que darse dentro de la mujer para que pueda enfrentar la violencia y no quedarse paralizada como víctima”, mencionó en la entrevista.
Pero este no es la única manera de manifestarse el maltrato. Gonzáles resaltó que una práctica frecuente es el silencio, no dirigir la palabra, el hombre le deja de hablar a la mujer, o no desea tener relaciones sexuales con ella, la ignora.
“Es su manera de decirle que no le gusta, que no le interesa tomarla en cuenta (…) En este siglo la mujer tiene que entender que la pareja no es para dar felicidad ni para acompañar. Si se siente sola es porque su madre no la acompañó por alguna razón, no por mala. Tiene que aprender a acompañarse de sus propios sueños e ideales porque la vida es para disfrutarla y tiene que aprender a construir una relación de pareja”, agregó.
La psicoterapeuta dijo que “el maltrato es transgeneracional” y manifestó que la pareja no produce emociones nuevas y que si alguien hace sufrir a otra persona es porque le está tocando heridas del pasado, heridas emocionales de su padre o madre.
Por eso, ella considera que a las gestantes, durante sus controles de embarazo, se les debe enseñar a no maltratar a sus niños y niñas ni que se dejen maltratar, porque así estará criando a un futuro feminicida o una víctima de feminicidio.