El misionero es la pose que toda pareja practica en la cama, pero puedo apostar que muchos ya se aburrieron de esta rutina amatoria.
Toma nota de estos tips y reinventa esta clásica pose para llegues al orgasmo y sientas esas sensaciones que te disfrutas con tu pareja.
1. Un par de centímetros más:
Por lo general esta pose falla porque en el movimiento no hay contacto con el clítoris, un ajuste lo puede solucionar. Pídele a tu chico que mientras él está arriba que suba cuatro centímetros más, así la base del pene y los testículos rosaran con tu clítoris y sentirás más placer.
2. Que sea más profundo
Cuando hagas la pose del misionero, no solo es que tu pareja se eche encima tuyo, lo que deberías hacer para lograr un excelente orgasmo, es poner tus rodillas hacia tu pecho y apoyar tus pies sobre el pecho de él. Al hacer esto la punta de su pene estará en contacto directo con tu cérvix, lo que te provocará una sensación realmente placentera.
3. Tener el control
Al estar abajo, coloca una de tus piernas sobre su hombro, mientras la otra permanece estirada en la cama. Al ritmo que mejor te parezca, intercala la posición de tus piernas. Este movimiento creará placer en tu punto G.
4. Hazlo besar sus rodillas
Con esta posición puedes despertar sensaciones gracias a un nuevo ángulo de penetración. Acuéstate y dile que se arrodille entre tus piernas mientras coloca sus glúteos sobre sus tobillos. Él puede usar la fuerza de sus muslos para empujarse hacia enfrente y agarrarte de la cadera para controlar el paso. Esta posición estimula tu pared inferior vaginal.
5. Estírate completamente
Quizá suene raro pero mantener tus piernas cerradas puede detonar más placer. Una vez que él esté dentro de ti junta tus rodillas y mantenlas estiradas para que las piernas de él se mantengan abiertas fuera de las tuyas. Después presiona tus muslos para crear fricción con tus labios vaginales, los cuales están llenos de sensibilidad.
6. Utiliza juguetes sexuales
No, no tienes que ir a una sex shop para hacer este punto. Puedes utilizar una almohada o cojín y colocarlo debajo de tu espalda baja para alzar tu vagina.
Su pene estará en contacto directo con tu punto G. Para más placer trata de colocar tus manos sobre sus glúteos, así controlarás el ritmo y el movimiento de las penetraciones.