Los niños de hoy han nacido junto a la tecnología, pertenecen a la generación Z, por lo que Internet es parte de su vida y de su rutina diaria. Sin embargo, como todo en exceso es malo, pasar muchas horas conectados a las redes sociales y otras plataformas web, se pueden volver adictivo, especialmente en los niños.
El uso exagerado de nuevas tecnologías, como las redes sociales y el Internet, podría ocasionar el aislamiento social y desarrollar un comportamiento adictivo en los niños y adolescentes, alertó el Ministerio de Salud (Minsa).
Ante ello, Carlos Ordoñez, jefe del Departamento de Adicciones del Hospital Hermilio Valdizán del Minsa, recomendó a los padres de familia vigilar que la exposición de sus hijos a dichas plataformas digitales sea menor a las cuatro horas al día.
Asimismo, advirtió que, de acuerdo a su experiencia clínica, ha observado casos extremos donde la persona, sin presentar síntomas psicóticos, se aísla durante más de seis meses.
“La persona no entabla ningún tipo de relación interpersonal, ni sale de su habitación, refugiándose en un mundo virtual rodeado de videoconsolas e Internet”, explicó.
Sostuvo que los padres deben saber que la pérdida del control y el acceso indiscriminado a las redes sociales afecta negativamente el aspecto personal, familiar y académico de sus hijos.
El niño y el adolescente son seres muy vulnerables a la influencia tecnológica, al encontrarse en pleno proceso de formación de la personalidad y madurez intelectual.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que uno de cada cuatro personas padece de trastornos de conducta.
Otros problemas que puede originar el Internet
Un diagnóstico temprano puede descubrir padecimientos encubiertos, tales como depresión, ansiedad, hiperactividad con déficit de atención, aislamiento y cuadros psicóticos. Además, pueden presentar problemas de obesidad o dificultad para conciliar el sueño.
Es importante que la familia participe en el tratamiento del paciente, ya que al entrar al periodo de abstinencia puede presentar reacciones similares a los dependientes de las drogas: pesadillas, alucinaciones, temblor en las manos, irritabilidad y, en algunos casos, agresividad con los padres.
Ordoñez recomienda “replantearse las actividades escolares bajo supervisión de la familia, ubicar la computadora fuera del dormitorio para una fácil supervisión, organizarse mejor en las tareas e incentivar las actividades recreativas al aire libre”.
En el caso de adolescentes se debe trabajar con la motivación, hacerles entender las consecuencias positivas y negativas del uso del Internet.
Enfatizar sus cambios de conductas, estado de ánimo, bajo rendimiento académico, aislamiento social extremo de su entorno social, incluyendo a la familia.
Otras recomendaciones incluyen irse a dormir sin el teléfono móvil, apagarlo o dejarlo en otro ambiente de la casa, y restringir su uso en niños menores de 10 años de edad.
