Todo pasa, incluso el dolor. Relaciones cortas o duraderas, tenemos que tener en mente que no podemos poner un tiempo de duración a todo, y mucho menos al amor. Un día puede estar sonriendo contigo, y quizás no pasa mucho tiempo para que este de la mano y sonriendo con otra persona.
Vivir de los recuerdos no es el mejor escape para asimilar que la persona que amabas ya no estará a tu lado. Aunque odies los finales felices de las princesas de Disney, en lo profundo de tu ser quieres tener una historia digna de recordar. Saber que finalmente encontraste a un hombre que te va a acompañar por el resto de tus días, y que vivirán felices con un "colorín colorado".
No trates como un "príncipe azul" a quien no te respeta y quiere como mereces. No necesitamos una corona para sentirnos especiales. Simplemente lo somos. No trates de cambiarlo, no lo hará.
Ese "galán" que escapó de tus sueños para llegar a tus pesadillas seguirá su ritmo de vida con o sin ti. Tomo todo lo vivido con él y que se convierta en la mejor enseñanza para ti. No somos perfectos y de nuestros errores aprendemos. No odies, no dejes que el dolor y la tristeza te consuma. La mejor respuesta a ese sentir es amarte sobre todas las cosas.
Y si, en este mundo existe una persona que te tratará como una princesa, ¡tú misma!, nunca lo olvides. El amor propio es la mejor dosis para no dejarnos tumbar por nada y nadie. Ámate y respétate, ese será el mejor final de cuento de hadas que vivirás.