Lo que empezó como una simulación de parto terminó en una cirugía de emergencia. Un hombre sufrió graves daños intestinales tras soportar tres horas de intensas descargas eléctricas.
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Lo que comenzó como un experimento para entender el dolor del parto terminó en una cirugía de emergencia. Un hombre en China, residente de la provincia de Henan, accedió a participar en una simulación de parto a petición de su novia, pero la experiencia tomó un giro inesperado.
Siguiendo una recomendación familiar, la mujer llevó a su pareja a un centro especializado para someterlo a un procedimiento que imita las contracciones del parto mediante impulsos eléctricos. Durante tres horas, la intensidad del dispositivo fue aumentando progresivamente.
El hombre, inicialmente escéptico, comenzó a sentir un dolor insoportable a partir del nivel 8. Su novia relató que, al alcanzar el nivel 10, empezó a maldecir y llorar, y en el nivel 12, su cuerpo estaba cubierto de sudor y sus músculos completamente contraídos.
Después de resistir 90 minutos en la máxima intensidad, el hombre terminó completamente exhausto. Horas más tarde, presentó vómitos intensos y un dolor abdominal severo. Con el paso de los días, su condición empeoró hasta que finalmente fue llevado de urgencia al hospital.
Los médicos diagnosticaron necrosis en el intestino delgado, un daño grave en los tejidos provocado por el exceso de contracciones musculares prolongadas. Para salvar su vida, los especialistas tuvieron que extirpar la parte afectada a través de una cirugía de emergencia.
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La madre del afectado, furiosa por lo sucedido, canceló de inmediato la boda de su hijo y prohibió a su novia visitarlo en el hospital. Además, advirtió que podría emprender acciones legales contra ella por el daño causado.
La historia, compartida por la joven en la red social Xiaohongshu, generó una avalancha de críticas. Mientras algunos defendieron su intención inicial, la mayoría la acusó de ser irresponsable y llevar la situación demasiado lejos.
"Experimentar el dolor del parto por curiosidad es una cosa, pero someter a alguien a tres horas de sufrimiento extremo es simplemente cruel", comentó un usuario. Otro agregó: "Jugar con la salud de alguien de esta manera es inaceptable".
El caso ha reavivado el debate sobre los límites de este tipo de simulaciones y la responsabilidad de quienes participan en ellas. Mientras tanto, el hombre continúa su recuperación tras una experiencia que nunca imaginó que terminaría en una sala de operaciones.
