La intención de toda madre o padre es que sus hijos sean mejores que ellos, pero algunas acciones en la crianza pueden ser grandes errores. Por eso, te informamos que malas actitudes son desencadenadas por los propios padres y se deben evitar.
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Cuando se es sobreprotector, no se da a los bebés alimentos sólidos para evitar que se atoren, los niños demoran en saber caminar porque los padres evitan que se caigan, no hablan bien porque siempre se adivina lo que quieren decir sin necesidad de hablar, entre otras cosas.
Los hijos pueden sentirse de esa forma porque han visto que no pueden confiar de todo en sus padres. En estos casos, se recomienda analizar las propias actitudes y trabajar para tener un ambiente mejor en casa.
Cuando los hijos son explosivos, se les debería dar más tiempo y dedicación en el momento que este lo pida y no dejarlo para "después". Si el pequeño es muy insistente, se debe de conversar con el menor para enseñarle a canalizar esa rabieta y comprometerse a no ignorarlo.
Sin pensar, los padres pueden comparar a sus hijos con los primos, con los hijos del vecino o con los compañeritos de salón, pero esto no ayuda a que se comporten mejor o lleguen a ser mejores hijos, sino a sentirse heridos hasta el punto de mostrar celos y envidia.
No temas a que se caiga o rompa algo. Los hijos deben de aprender poco a poco a participar en las tareas sencillas del hogar como el coger los cubiertos y ponerlos a la mesa, guardar su ropa planchada en sus cajones o tender su cama. Cuando se le enseña con juegos y música, el relacionarse con los padres será muy fácil. Esto lo aplicará con sus compañeros de salón cuando ingrese al nido o primaria.
El respeto debe ser mutuo. Si un a madre ignora los sentimientos de su propio hijo, será difícil que este la respete. Por ese motivo, conoce más los gustos y preferencias de tu hijo como lo que siente en ciertos momentos que va experimentando.
Quizá no sean los padres o familiares, sino los vecinos o ha pasado el pequeño tiempo en casa de amistades en donde ha aprendido que puede conseguir las cosas siendo agresivo o grosero.
Para cambiar esto, es solo llevarlo a una juguetería en que pueda elegir sus propios juguetes.De hecho, se sentirá más gusto con tenerlos en su propia casa. Recuerda, luego, enseñarle a compartir sus juguetes con los demás.
Con una sincera conversación, púedes hacerque tu hijo no vuelva a mentir. Dale tu palabra que no lo castigarás ni regañarás tan duramente. Recuerda, que todo tiene solución.
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También, evita hacerlo frente a sus familiares, amigos, primos o hermanos. Lo mejor es llamarlo en privado y solucionarlo personalmente.