El sacrificio de este padre por su bebé que estaba a punto de morir te conmoverá hasta las lágrimas [FOTOS]

La llegada de un bebé al mundo es lo más emocionante en la vida de los padres, pero esta puede verse opacada por algún problema de salud que pueda presentarse. Eso fue lo que le ocurrió a este soldado americano, cuya increíble historia de valor y amor con su pequeño hijo, te conmoverá.

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Chris y su esposa Gloria son miembros de la marina estadounidense, él trabajaba en la base Okinawa en Japón y ella como enfermera en el hospital naval, y ambos estaban en una misión cuando su primogénito Jackson llegó al mundo.

La desdicha ocurrió desde el primer minuto en la vida de Jackson, el bebé no lloró y tenía visibles problemas para respirar. Inmediatamente los médicos hicieron diversos estudios al pequeño para determinar su situación y el diagnóstico les rompió el corazón.

Jackson nació con “transposición de las grandes arterias”, esta anomalía provocaba que la sangre no circule correctamente y quedaba estancada en el pecho, justo entre el corazón y los pulmones. Una operación de emergencia era su única opción porque si continuaba sin oxigenar sus órganos, moriría.

Como si no fuera suficiente, la situación empeoró cuando se enteraron que no había pediatras especialistas en tan delicada intervención, tenían que llevar al recién nacido a Hawai o San Diego en Estados Unidos, esto implicaba hacer un viaje que cruce todo el Pacífico.

La desesperación del soldado era evidente, el pequeño tendría que resistir el vuelo y él estaba en plena misión y tendría que pedir permiso para ausentarse. Chris fue donde su oficial al mando y le informó sobre la situación y la necesidad de viajar de urgencia, pero no había nadie que supliera su cargo y el superior le negó la salida.

Aunque insistió, el jefe lo amenazó con sacarlo de la marina sin honores, la peor deshonra que incluso le podía costar la cárcel, pero tenía que viajar con Jackson para salvarle la vida y así lo hizo, no tenía tiempo para rogar. Cogió sus maletas y subió a un avión especialmente acondicionado para el largo trayecto que tendría el bebé, quien no tenía ni tres días de nacido.

Gloria estaba delicada tras la cesárea, pero totalmente consiente de su hijo. La presión durante el vuelo complicó la situación del bebé, el médico y la enfermera se encargaron en realizarse un orificio muy cerca del corazón para que su sangre se oxigenase.

Cuando llegaron al hospital de San Diego, California, el niño fue sometido a la riesgosa operación a corazón abierto. Pasaron varios y preocupantes días para la familia cuando al fin les informaron que Jackson sobreviviría.

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Más relajado Chris empezó a contestar las insistentes llamadas de la secretaria de su superior, la mujer le avisó que le habían otorgado el permiso y que no debía preocuparse en ello.