10 cosas que mandan al “diablo” las mujeres maduras

¿Alguna vez te preguntaste qué es ser una mujer madura? No necesariamente tienes que llegar a una edad avanzada para decir que maduraste y ahora eres una mejor persona. La madurez va más allá de la edad, es un estado mental al cual llegamos por diferentes situaciones que nos pasan y sobre todo por la actitud que tomamos frente a ellas. Ante esto, te diremos cuáles son esas 10 cosas que las mujeres maduras mandan al “diablo”.

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La carrera que querían que estudiaras o tus preferencias sexuales deberían dejar de importar ahora. Ya creciste y debes enfocarte en cumplir tus sueños, no los de los demás. Tú mejor que nadie sabe cuál es el camino que debes seguir para ser feliz.

 El paso del tiempo te ha ayudado a darte cuenta que no siempre los últimos “in” de la moda, son los que van con tu cuerpo o con tu personalidad. Así que, simplemente compras lo que te gusta y con lo que más cómoda te sientas, sin importar si estás como para una pasarela.

Esas ansias atroces por llamarlo ya se han ido porque entiendes que las cosas se acaban por diferentes razones y lo único que queda es afrontar la realidad con fuerza. Además, dentro de todo eres consciente que estás mucho mejor sin él.

Dar piquitos, ser recatada y apagar la luz, no son cosas que tú harías en un momento de intimidad porque estás segura de que lo más importante es disfrutar ese momento con la pasión necesaria para poder disfrutar de tu sexualidad.

Para ti eso no es un problema decir las cosas que piensas porque sabes cómo decirlas, hacer entender qué cosas no te gustan sin ser grosera ni ofender a nadie. Una mujer madura sabe que quedarse callada no será una opción.

 La amiga que regularmente coqueteaba con tus novios, la que siempre se quejaba de todo o que la mayoría del tiempo estaba deprimida ahora se ha ido de tu vida, porque has descubierto que en realidad no te aportaban nada y simplemente te dejaban con un dolor de cabeza constante.

Aquellas cosas que no hiciste, ya las dejaste ir porque te diste cuenta de que ver siempre al pasado es sólo un freno para no disfrutar del presente ni hacer planes para el futuro, además, eres consciente que el tiempo no retrocede, así que es en vano arrepentirse.

Un “no” es un no y tú lo sabes. No necesitas que te rechacen más de dos veces y estás consciente que no te haces bien cuando alguien ha negado tantas veces tu compañía que has dejado de contar.

Se acabaron las caras largas, el espíritu vengativo y la idea de que puedes cambiar el dolor por odio, porque ahora sabes que el daño que te hicieron sólo se arregla con amor y respeto.

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